Latinamerika #3 2018, edición especial en castellano

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Revista de LAG Noruega

Tema feminismo de AmĂŠrica Latina 2019


¡Gracias al esfuerzo colectivo feminista! Los textos, traducciones, ideas y conocimiento de lxs compas de LAG Noruega: Elise Fjorbakk Eline Haakkestad Hanna Steffenak Åse Paaske Gulbrandsen Stine Linnerud Jespersen Magnus Flåten Nickelsen Susanne Norman Marthe Jæger Tangen Sonia Muños Llort Ingrid Holland Cristian Ariel Peña Marte Gravem Isaksen (diseño) Astrid Fadnes (diseño) Ingrid Fadnes (editora)

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Contribuidores: Joice Bert, Urbanista, arquiteta, urbanista e escritora, Brasil Andrea Batista, O Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), Brasil Simoni Sagaz, O Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST), Brasil Liam Duran, fotógrafo y artista trans, Cuba Río – Polly Krac, documentalista, México Francesca Gargallo Celentani, escritora, México Gabriella Miranda, teóloga feminista, Guatemala Caty Soc, Conavigua, Guatemala Sonia Muños Llort, anarkafeminista e miembro de LAG (grupo de mujeres), Noruega Elida Høeg, periodista y vocalista, Noruega Åse Paaske Gulbrandsen, Wikimedia y miembro de LAG, Noruega Stine Linnerud Jespersen, profesora y miembro de LAG, Noruega Lucia Rearte, Patria Grande, Argentina Harmeet Kaur, estudiante, Noruega Mary Luz López Henano, Somos Guerreras, Colombia Maryluz López, Somos Guerreras, Colombia Ugly Grrls, colectivo de DJs, Noruega La Brigada de solidaridad «Fosforos» LAG Noruega Larissa Avelar, #elenão Noruega, Brasil/Noruega Paula Saccetta, documentalista, Brasil Marte Jæger Tangen, miembro de LAG, Noruega Ingrid Fadnes, periodista y miembro de LAG, Noruega Cati y Vali

CONTENIDO

¿Que diablos? ¿Se rediscute la ley de aborto en Noruega?

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Ilustraciones y fotografia: Tuane Fernandes, Farpa, Brasil Cobertura colaborativa Radio Zapatista, Subversiones y La Tinta, México Regina López, Agencia SubVersiones, México Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, Brasil Mari Østby Kjøll, Noruega Mari Watn, Noruega Almudena Saavedra Amaya, España El Gran Om, México Rodrigo Martínez Orellana, Chile

Ahora que sí nos ven ¿somos blanco fácil?

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As Mulheres Sem-Terra e a Luta Camponesa

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Colonialidade do espaço urbano: racismo e machismo definindo cidadanias mutiladas

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En la portada de la revista tenemos el rostro de Marielle Francisco da Silva, conocida como Marielle Franco. Marielle era negra, feminista, lésbica, nacida y creada en el Complejo da Maré - Río de Janeiro, Brasil. Fue elegida concejala del partido PSOL con 46 500 votos, la quinta más votada en la ciudad, y fue nombrada relatora del Consejo de Comisionados que supervisa la intervención militar en el estado de Río de Janeiro, a la que ella no estaba a favor. El 14 de marzo del 2018 Marielle y Anderson Pedro Mathias Gomes, el conductor del vehículo en la que se encontraba, fueron asesinados. Un día antes ella se preguntaba en Twitter a propósito de la muerte de un joven (Matheus Melo). Marielle escribió: ¿Cuántos más deben morir para que acabe esta guerra? Marielle luchaba en contra de la militarización de las favelas que mata a miles de jóvenes con las llamadas “balas perdidas”. El asesinato de Marielle pasó dos años después del asesinato de la compañera que tenemos en la contraportada: Berta Isabel Cáceres Flores. Berta, indígena lenca, feminista, defensora de la tierra, el territorio y de los recursos naturales, se hizo enemiga del gobierno autoritario y de las empresas transnacionales en Honduras. Berta cofundó la organización COPINH en Honduras y fue conocida y reconocida por su trabajo constante para defender la soberanía de los pueblos en Honduras. El 2 de marzo del 2016 nos la quitaron – con sus balas – con su arma cobarde, que deja los autores intelectuales atrás de los asesinatos sin manchas de sangre. Pero sabemos quienes son, las balas que dispararon a Marielle y a Berta, no son balas perdidas, no aceptamos la impunidad de su muerte.

La tiranía de la ley y de la religión y la vida precaria en Guatemala

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Somos iguales porque somos diferentes

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La Ley Revolucionaria de la Mujer

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Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista

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Editorial 4 2018: un año fuerte para las feministas en Nuestramérica

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Un mundo feminista dónde quepan muchos feminismos

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Stuck en stereotipos 12 Feminismo desde IXIMULEW y la mirada de una Joven Maya K´iche´

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Poesía: Mujeres que tejemos 18 ¡Que vulvaridad! 20 Somos Guerreras 26 ELLA, ÉL, YO 30 ¿Rap feminista? ¿O feministas que rapean?

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Poesía: Ni una Menos 38 Placeres Culposos 40 Ugly Grrls 42

O legado das Mulheres da Revolução Russa para as Mulheres Sem Terra 54 Homens que odeiam as mulheres 56 Precisamos Falar do Assedio 58

Poesía: Gracias a la vida 76 En las huellas de Elsa Laula 78 La batalla feminista – en Wikipedia

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LAG Noruega 83 3


¡QUE VIVA MARIELLE! ¡QUE VIVA BERTA! ¡NI UNA MENOS! Ingrid Fadnes En tus manos tienes una revista dedicada a las luchas feministas, a las luchas de las mujeres, a la lucha por la liberación de todxs. La revista es hecha por el Comité Noruego de Solidaridad con América Latina (LAG Noruega). Esta organización surgió en los años setenta y trabaja con varios movimientos sociales en América Latina. Si quieres saber más sobre LAG puedes comenzar por leer la información en la última página de la revista. Primero queremos agradecer profundamente a todas las compañeras y compañeros y compañeroas de Abya Yala. Hacer esta revista ha sido un camino de inspiración y de harto aprendizaje. La revista salió primero en noruego (diciembre 2018) y ahora estamos muy contentas de publicarla en español y en portugués. LAG es una organización que nació dentro de la izquierda y cuyo corazón siempre ha palpitado por la solidaridad entre los pueblos, entendiendo que la lucha no tiene fronteras y que nadie es libre hasta que todxs seamos libres. Aun así, vemos y entendemos que hay que profundizar en aquellas practicas libertadoras y de este anhelo sale esta revista dedicada a los feminismos – de diferentes geografías, territorios y experiencias. Las feministas, movimientos de mujeres, mujeres dentro de movimientos sociales y libertarios, comunidades negras e indígenas, se enfrentan con las jerarquías del poder, el capitalismo y con las estructuras patriarcales – incluso dentro de nuestros propios espacios organizativos. Mujeres organizadas en geografías distintas han exigido acabar la opresión contra nosotras durante muchos años. No es algo nuevo, pero quizá es algo más explosivo hoy en día. «Ahora si nos ven ¿Somos un blanco fácil?» pregunta la feminista argentina Lucía Reartes en uno de los textos de la revista, y sigue: «ahora no se nos niega la existencia. La revolución que iniciamos no le permite a nadie mirar el mundo con los mismo lentes que ayer: ahora que si nos ven, existimos.

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Con mucho respeto y humildad hemos visto los espacios organizativos en otros territorios, dónde las compañeras han sido – y están siendo – cada vez más, protagónicas en el enfrentamiento directo contra el sistema capitalista. Vemos como las mujeres están en las barricadas – armadas y armadas con palabras. Por ejemplo, las mujeres kurdas que han llevado una lucha por la libertad, no sólo para su pueblo, sino para todxs – con una visión que transciende las fronteras, con armas, con ideas, con palabras y con la práctica revolucionaria. El territorio Kurdo de Rojava, en el norte de Siria, es un ejemplo que mujeres en todo el mundo ha estudiado. No para copiar, sino para ser inspiradas,

para aprender y para sentir la fuerza de que si ellas pueden - nosotras también. Miramos a las compañeras zapatistas, quienes, en Chiapas, México, han estado participando en la lucha revolucionaria y en la construcción de un sistema autónomo y participativo en sus territorios. Es imposible ir a Chiapas y salir de ahí como la misma persona. En esta revista puedes leer sobre el encuentro de mujeres que las compañeras zapatistas organizaron en marzo del 2018. Invitaron a miles de mujeres de todo el mundo y pidieron solamente una cosa: deja tus prejuicios afuera. Nos inspiramos y sentimos la fuerza de las palabras de Sueli Carneiro, luchadora negra y feminista de Brasil. Por décadas nos ha mostrado que sí se puede – se puede luchar en contra de dictaduras militares, se puede luchar por los derechos y hoy podemos sentirnos más fuertes por las semillas que ha dejado, entre muchas otras, Sueli Carneiro. En la nueva generación de feministas negras en Brasil se encuentra la filósofa negra y feminista Djamila Ribeiro, quien ha inspirado el trabajo de esta revista. Agradecemos su trabajo constante de construir una lectura crítica y feminista. En esta revista puedes leer la feminista negra, urbanista y arquitecta Joice Berth de Brasil, sobre la colonización de los espacios urbanos. Puedes leer a feminista brasileira Larissa Avelar sobre la lucha de las mujeres a través de la iniciativa #elenão. Desde Argentina y Patria Grande puedes leer a Lucía Reartes. Quién aún no conoce al pañuelo verde de la resistencia feminista en Argentina en su lucha por el aborto – y por la liberación del pueblo – puede conocerlo a través de las palabras de Reartes. Ella plantea preguntas importantes, no sólo para las mujeres en Argentina, sino para todas: ¿el movimiento feminista se encuentra en una etapa ofensiva o defensiva? y consecuentemente ¿tenemos que preparar al movimiento feminista para defender lo conquistado o tenemos que proponernos el avance hacia nuevos horizontes? La preguntas de Reartes podrían acompañar tu lectura de la revista. Enfrentar el patriarcado y enfrentar el sistema capitalista significa juntar múltiples luchas, estrategias de luchas,

y enfrentar nuestra práctica, nuestros prejuicios o privilegios. Quiere decir que hay que cuestionar como nos expresamos, y como podemos incluir a todxs cuando hablamos y actuamos. Puede ser en la lengua: ¿vamos a decir todxs, todoas, todos y todas – todes? En Noruega se ha empezado a usar el “hen”, una expresión neutral de género. El fotógrafo Liam Duran de Cuba nos invita e leerlo y escucharlo en su transición de mujer a hombre, en su camino donde cuestiona algo tan básico como: ¿se necesita un pito para ser hombre? No todas se ven incluidas en algunas organizaciones feministas. En Noruega enfrentamos un debate complicado sobre las trabajadoras sexuales. Pocas veces escuchamos sus voces y por eso agradecemos la participación en esta revista de las dos compañeras del proyecto “Somos Guerreras” de Colombia, que busca visibilizar, empoderar y dignificar el oficio de las trabajadoras sexuales. Sus textos son directos, poéticos y nos confrontan. Volvemos a las palabras de las compañeras zapatistas en el encuentro de mujeres: Todas son bienvenidas, lo único que tienes que dejar afuera son tus prejuicios. Desafiar el feminismo como una idea del occidente y plantear la lucha de las mujeres indígenas es central en el texto de la compañera Caty Soc de la organización de las viudas de la guerra en Guatemala, Conavigua. Soc plantea: vivimos en un mundo en donde para muchos, el peor enemigo de esta humanidad somos nosotras las mujeres, la palabra FEMINISMO fue escrito y definido por aquellas personas que en su momento tuvieron la capacidad de leer y escribir, pero son mujeres que no son del campo y mucho menos de algún pueblo originario. Soc expresa las múltiples dimensiones de la discriminación, históricas y permanentes. Sabemos y entendemos que palabras como interseccionalidad y decolonización se manifiestan de formas distintas en nuestros territorios. Puedes leer a la anarcofeminsta

Sonia Muñoz sobre privilegios de mujeres de países como Noruega, quién plantea la pregunta: cómo podemos solidarizarnos, cómo podemos colaborar y aprender para hacer la lucha más fuerte en todos los territorios.

Foto: Regina Lopez.

Controlar el cuerpo de las mujeres ha sido una herramienta eficaz para poder controlarnos. En el texto “¿Qué diablos? ¿Rediscuten la ley de aborto en Noruega?”, escrito por una de las brigadas de solidaridad de LAG, quienes estuvieron en Brasil durante 2018, observaron a distancia como la ley del aborto fue sometido a una disputa de poder entre los partidos políticos en Noruega. Vemos con preocupación una derecha conservadora, misógena y fascista creciendo en muchos territorios. Pero también vemos a mujeres en la calle, vemos a mujeres entrando en espacios donde no han estado antes, vemos encuentros de mujeres con miles de compañeras – creando nuestros espacios, vemos que hay una ola que no se puede parar y vemos que la experiencia que llevamos, nuestra capacidad de articularnos y de escucharnos puede llevarnos a un frente nuevo, un frente dónde luchamos por una libertad profunda y verdadera. Esta revista es un resultado de las múltiples luchas en todos los territorios y geografias y no pretende otra cosa que inspirarnos a leernos y escucharnos. Las dos compañeras, Marielle y Berta, son luces para nuestra lucha, y su muerte se ha convertido en miles de semillas. Sus rostros los cargamos con nosotras. ¡Que viva Marielle! ¡Que viva Berta! ¡Ni una menos! Esperamos que puedas compartir, leer, escuchar y aprender algo de cada una de las compañeras que han contribuido a realizar este “encuentro” feminista. Disfruta y amplifica.

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Frida Kahlo Patria Mirabal Cecilia Sánchez

Minerva Mirabal Maria Teresa Mirabal

Comandanta Ramona

Blanca Canales

Rigoberta Menchu La Negra Guiomar

Arlen Siu La Gaitana

Francesca Gargallo Celentani, escritora, feminista, activista, docente y editora, Mexico e Italia

Tránsito Amaguana Leila Gonzalez Domitila Barrios

María Victoria Santa Cruz

Violeta Parra

Carmen Soler

La China Catalina

Mercedes Sosa

Moira Millán

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2018: UN AÑO FUERTE PARA LAS FEMINISTAS EN NUESTRAMÉRICA

Las olas feministas en Nuestramérica, desde el siglo XIX, no han impresionado tanto por su vanguardismo como por su fuerza, por lo menos hasta este año. Las grandes cantidades de revistas que, a finales del siglo XIX, publicaron las demandas, creaciones literarias, opiniones de mujeres liberales y cultas de Argentina, Brasil, Chile, Guatemala y México; las revueltas y proclamas de las mujeres anarquistas en las fábricas uruguayas; la participación teórica, propagandística y armada de las mujeres campesinas y urbanas en la Revolución mexicana, con sus batallones y sus oficialas, suboficiales y soldadas; la colaboración femenina en la defensa de las naciones centroamericanas amenazadas por las intervenciones estadounidenses en las décadas de 1920-40; el feminismo de mediados del siglo XX y sus encuentros continentales de mujeres a partir de 1981 en Bogotá; la participación en las guerrillas urbanas y en las guerras de liberación nacional de las décadas de 1970-90 en Centroamérica, etcétera, hablan precisamente de la gran participación de las mujeres del continente en las acciones políticas para su propia liberación y las políticas progresistas populares. “Democracia en las calles, las casas y las camas” fue el aporte chileno, claramente antidictatorial, a la consigna feminista de que lo personal es político en la década de 1980, así como la idea que los derechos de las mujeres son derechos humanos, elaborada en Brasil, Costa Rica y México, desembocó en su reconocimiento en 1993 en Ginebra.

Sin embargo, las políticas de reducción del estado y de los derechos de las trabajadoras y trabajadores se fortalecieron en la región después de 1989, precipitando la situación de las mujeres y de sus reivindicaciones. La radicalidad feminista fue golpeada por una ola neoconservadora, religiosa y familista, mientras la pobreza adquiría un rostro femenino, indígena, negro y materno. Aunque las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de mujeres se multiplicaban, los estados asumían la obligación de fomentar políticas transversales de género y en las universidades los estudios sobre las mujeres se posicionaban en cotos académicos muy restringidos, desde la década de 1990, el lenguaje políticamente correcto hizo referencia a los derechos reproductivos dejando de lado la liberación sexual, cuestionó la existencia de la violencia patriarcal y tendió a imponer una política de la identidad contra las reivindicaciones anticlasistas de las feministas. En 1993, sin embargo, las mujeres le quitaron la careta al sistema que pretendía que la economía capitalista de la aldea global era democrática y justa. En una de las ciudades que encarna el rostro del trabajo sin ley y la pobreza de las masas, Ciudad Juárez, Chihuahua, las madres de las mujeres que desaparecían y eran asesinadas se rebelaron ante la situación, utilizaron el término feminicidio para significar el asesinato de una mujer por ser mujer y exigieron al estado justicia y reparación. Menos de un año después, el levantamiento zapatista

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«Ni una menos!»

del 1 de enero de 1994 dio a conocer la Ley Revolucionaria de Mujeres que, en diez puntos, volvía a poner en el centro del debate político lo personal, el cuerpo, la libertad de las mujeres. En 1995, la poeta y activista Susana Chávez escribió un poema con el verso “Ni una muerta más” para protestar por los feminicidios en Ciudad Juárez. A pesar de que Susana fuera víctima a su vez de un feminicidio en 2011, su verso se convirtió en el lema de un movimiento continental contra la sustracción de las mujeres de la vida afectiva, política, creativa, productiva. ¡Ni una más!, es decir, ni una mujer asesinada más en México, equivalió al grito de ¡Ni una menos!, en Argentina. A principios del siglo XXI, la violencia política, delincuencial, de explotación laboral y de expoliación de la tierra mediante megaproyectos mineros, hidroeléctricos y de infraestructura llevaron a Nuestramérica a ser la zona del mundo donde se concentran los feminicidios y los asesinatos de dirigentes sociales, ecologistas, indígenas y defensoras de derechos humanos. Con un 9% de la población mundial, en el subcontinente se realiza el 50% de estos delitos. Ser mujer, ambientalista, dirigente comunitaria o defensora de los derechos humanos son hoy condiciones de riesgo de México a Argentina. Ante ello, en Colombia, las mujeres aprendieron a agruparse para la resistencia al desplazamiento, forzado por la violencia extrema de militares y paramilitares; en Guatemala descubrieron la importancia del “acuerpamiento” (literalmente, poner los cuerpos juntos) para acompañarse en los procesos de duelo, de toma de decisiones, de defensa; en Bolivia y Ecuador, los feminismos comunitarios cuestionaron que las mujeres pueden liberarse como individuos aislados cuando construyen comunidad con su trabajo.

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La resistencia de las mujeres y feminista ha impedido que Nuestramérica se convirtiera en un continente sin esperanzas, a pesar de las

agresiones a las comunidades y la misoginia propia de culturas atravesadas por nuevos fundamentalismos religiosos. La fuerza de la respuesta de las mujeres no sólo ha removido las ciudades americanas, sino que ha sacudido España e Italia, donde las feministas desde hacía décadas estaban silenciadas por los medios masivos de comunicaciones y las presiones de los discursos políticos que pretenden invisibilizarlas y sostienen que la organización de las mujeres y sus ideas son obsoletas o innecesarias. En Argentina, en 2015 la consigna de Ni una menos coordinó un colectivo de protesta contra la violencia hacia las mujeres y la marcha que se realizó el 3 de junio de 2015 en ochenta ciudades. Las manifestaciones se repitieron el 3 de junio y el 19 de octubre de 2016, y el 8 de marzo de 2017 y de 2018. Como si se hubiera prendido una mecha, en Uruguay las feministas marcharon el 3 de junio de 2015, en Ecuador, el 30 de julio, y en España, en noviembre. En México, nuevas agrupaciones y colectivos de jóvenes feministas organizaron una marcha el 24 de abril de 2016, que partió de varios puntos de la ciudad capital y del municipio conurbado de Ecatepec, el más violento del país. Al grito de ¡Vivas nos queremos!, sostuvieron que “Tomaremos nuevamente las calles porque la violencia hacia las mujeres se incrementa en México y en el mundo. No damos marcha atrás y unidas denunciamos que el estado feminicida es cómplice de nuestros violentadores, que funcionarios/as que nos deberían proteger y medios que deben ser la voz de las sin voz nos revictimizan estando siempre a favor de los machos agresores”. Exigiendo ¡Ni una asesinada más, ni una mujer menos!, millones de mujeres se movilizaran también en Perú, el 13 de agosto de 2016, en Bolivia el 18 de octubre, un día después en en Colombia y Venezuela, en Chile, el 21 de octubre. Posteriormente, las feministas se manifestaron en Paraguay, el 20 de diciembre de 2017, y en Italia el 8 de marzo

de 2018. Más allá de ser únicamente una movilización defensiva, la reorganización del accionar feminista en América Latina se reveló un movimiento multifacético de “mujeres que luchan”, como las llamaron las zapatistas. Las bases y las comandantas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional invitaron, por lo tanto, a una reunión (que juntó más de 5000 participantes) el 8 de marzo para conocerse e intercambiar ideas, forma de organización y creatividades en el Caracol de Morelia. Demandas como el derecho a una expresión libre, una economía solidaria, el fin del racismo, el derecho al trabajo no explotado, un mundo amigable con la que deciden ser madres y el derecho al aborto se multiplicaron. La presencia de la candidata a vocera del Concejo Nacional Indígena para la presidencia de la república en México, María de Jesús Patricio, médica tradicional nahua y defensora de los derechos humanos, durante el encuentro ratificó a la mayoría que las mujeres deben construirse su fuerza con sus alianzas. Marichuy, como es nombrada con cariño María del Jesús Patricio, no logró su candidatura a la presidencia porque no pudo recoger la cantidad de firmas requeridas, no obstante el esfuerzo organizativo de comunidades urbanas y rurales para sostener a la primera mujer indígena candidata a la presidencia ha revelado la fuerza comunitaria de las mujeres. A diferencia de la candidata indígena y ambientalista a la vicepresidencia de Brasil, Sonia Guajajara, quien va por el Partido Sol, Marichuy nunca ha apelado a la política de representación, sino a la necesidad de los pueblos de tener una vocera que les obedezca. Las feministas argentinas dieron a conocer a todas las mujeres reunidas en el Caracol de Morelia su lucha por el derecho al aborto. Con un pañuelo verde anudado al cuello o a sus mochilas, se refirieron a los derechos de las mujeres nicaragüenses enfrentadas a la misoginia represiva de Daniel Ortega quien, para obtener el apoyo de la iglesia católica,

Illustración: Gran Om.

quitó a las mujeres todos sus derechos al cuerpo y a la vida, impidiéndoles abortar sin importar las condiciones. Para las argentinas, el aborto es un derecho humano de las mujeres. En efecto, en su país se realizan cerca de 500.000 abortos clandestinos al año y un centenar de mujeres mueren como consecuencia de esas prácticas. La despenalización del aborto, por lo tanto, implica estar a favor de la vida de las mujeres, para que sean dueñas de sus decisiones y para que dejen de morir en abortos clandestinos. A pesar de que el 9 de agosto recién pasado, el senado argentino rechazó la ley de despenalización del aborto por 38

votos en contra y 31 a favor, el feminismo ha hecho historia en Argentina como en el resto de Nuestramérica durante 2018. Era la primera vez que la legalización del aborto llegaba a debate en el Congreso, tras siete presentaciones del Proyecto de Ley durante once años. El día de la votación en todas las capitales del continente se realizaron mítines de apoyo a las mujeres que en las ciudades de Argentina manifestaban su deseo de ejercer su libre decisión sobre sus cuerpos. Hoy se ha instalado en toda Nuestramérica la idea de que el aborto concierne única y exclusivamente la voluntad de las mujeres.

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«Mostrar solidaridad significa escuchar,

UN MUNDO FEMINISTA DÓNDE QUEPAN MUCHOS FEMINISMOS Muchas estamos de acuerdo en que el feminismo es necesario en el siglo XXI, pero tengo la impresión de que muchas feministas europeas blancas tienen dificultades en entender, respetar y apoyar luchas feministas en otras partes del mundo.

aprender y respetar otras tácticas para luchar contra la opresión.»

Sonia Muños Llort

Todos los feminismos crecen y se desarrollan en contextos sociales e históricos concretos. La mayoría están de acuerdo en este principio en que no es lo mismo ser mujer indígena en Guatemala que ser una chica noruega en Trondheim. Compartimos la opresión de vivir en estructuras jerárquicas, pero a la vez hay diferencias sustanciales entre Latinoamérica y Europa: el colonialismo. Este suceso histórico que empezó hace más de 500 años y aún perdura, hace que las batallas de liberación entre grupos feministas en Latinoamérica tengan unos análisis distintos de las estructuras de poder y que usen herramientas de lucha más variadas que la mayoría de los grupos feministas en Europa. Su situación es considerablemente peor que la nuestra. Gran parte de la población en Latinoamérica sufre aún las consecuencias del colonialismo: usurpación de sus tierras, asimilación de sus culturas, sus valores y sus lenguas, sus tradiciones has sido estigmatizadas y prohibidas y sus recursos naturales saqueados. Las poblaciones indígenas y los ascendientes de esclavos africanos se han revelado desde el inicio de la colonización en el siglo XV a las estructuras colonizadoras basadas en jerarquías verticales. Las mismas estructuras que se conservan a través de las naciones-estado y las inversiones internacionales en tierras latinoamericanas.

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Viendo esta realidad he entendido a la vez que muchas feministas occidentales blancas tienen problemas para apoyar muchas de las luchas de liberación latinoamericanas. No es importante ser aliadas y mostrar solidaridad cuando todos los movimientos feministas

luchan contra la opresión? Qué puede pasar si de hecho podemos aprender de los análisis, métodos y acciones de nuestras compañeras latinoamericanas?. Mostrar solidaridad hacia otros movimientos feministas es una tarea feminista importante si realmente deseamos creas cambios en el mundo que aporten más libertad, justicia y equilibrio ecológico para todos y todas. El problema con mostrar solidaridad es que muchas feministas occidentales blancas no son conscientes de sus propios privilegios aunque consideren la interseccionalidad como una herramienta útil para analizar y entender la opresión. Hacernos conscientes de nuestros privilegios como personas occidentales blancas conlleva una gran dosis de humildad y curiosidad. Nosotras crecemos y somos educadas en el patriarcado heteronormativo blanco colonialista. Esto hace que muchas hayan internalizado actitudes altaneras hacia otras maneras de llevar a cabo feminismos. Estas actitudes altaneras y a veces despectivas, tienen el potencial de parecerse a las tendencias que vemos entre personas de ideologías conservadores de derechas y populistas; dónde algunas opinan que tienen la fórmula única y perfecta de alcanzar un mundo feminista. Mostrar solidaridad significa escuchar, aprender y respetar otras tácticas para luchar contra la opresión. Nunca debemos adoctrinar o criticar otras luchas de liberación feministas. Todos los grupos feministas tienen derecho pleno para escoger los términos con los que quieren identificarse, sus objetivos comunes y las acciones para luchar con las estructuras opresoras. Por estas razones debemos de ser

cuidadosas cuando las feministas occidentales europeas deseemos ser aliadas en otras luchas feministas. Ser aliada significa de hecho dar un paso atrás siguiendo estando presente reconociendo que las estructuras opresoras deben lucharse con voces diversas. Juntas podemos así creas un mundo donde quepan muchos mundos mundos diversos. Aprender de otros movimientos de liberación feministas. Aunque haya algunos factores diferenciadores entre el contexto europeo y el latinoamericano, la base de la opresión es común. Los movimientos de liberación latinoamericanos tienen distintas características, entre las cuáles está la cooperación, autoorganización, independencia de estructuras estatales que se combinan con soluciones prácticas contra el capitalismo y el imperialismo. Es sabio entonces preguntarnos si los movimientos feministas latinoamericanos usan métodos y prácticas que pueden ser útiles en nuestras luchas feministas en Europa. Los medios de comunicación invisibilizan muchas de las iniciativas feministas latinoamericanas, especialmente cuando las herramientas de los movimientos de base usan técnicas poco tradicionales y de confrontación directa contra las estructuras de opresión. A la vez, debemos reconocer que muchos movimientos de base feministas son buenos para incluir la diversidad dentro de los feminismos mientras cooperan desde una perspectiva interseccional. Los feminismos latinoamericanos tienen en general dos objetivos. Luchas contra las estructuras opresoras a la vez que construyen

alternativas al sistema de dominación actual. En la construcción de alternativas a las estructuras de opresión tenemos mucho que aprender. No sólo podemos concentrarnos en la resistencia, sino también en cooperar para alcanzar soluciones cooperativas solidarias.

Ilustración: Stuck en la zona de perjuicio, Mari Watn

Después de más de 500 años las feministas europeas debemos abrir los ojos de nuevo a las acciones directas extraparlamentarias que pueden provocar mayores cambios sociales. Nuestras hermanas y hermanos latinoamericanos merecen reconocimiento, respeto y apoyo en sus luchas de liberación. A la vez podemos reconocer sus métodos e implantarlos en Europa. Porque su lucha es nuestra lucha y juntas siempre podremos ser más fuertes.

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STUCK EN STEREOTIPOS En enero de 2018, el periódico noruego Aftenposten lanzó la segunda temporada de su serie online “Stuck” (Atrapado/a). La serie se realizó en colaboración con la organización de ayuda humanitaria Plan Noruega, y busca ”profundizar en algunas de las violaciones más duras a los derechos de la infancia en el mundo hoy en día”. A través de los seis episodios en esta segunda temporada, acompañamos a la presentadora noruega Emilie Beck a Brasil, Haití, Nicaragua y Guatemala. Ésta sería es casi la única oportunidad de conocer a mujeres jóvenes latinoamericanas a través de una plataforma de medios en Noruega, pero algo no encaja. ¿La serie es sobre mujeres jóvenes en América Latina, o trata esta serie en realidad sobre una mujer de Noruega que encuentra a América Latina por primera vez?? Harmeet Kaur, estudia desarrollo internacional en la Universidad de Oslo

Fotos: barbiesavior, Instagram

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La primera temporada de Stuck se vio más de un millón de veces y la serie se exportó a 70 países. Fue nominada a Gullruten, un prestigioso premio de la industria de televisión en Noruega. En otras palabras, la serie fue un gran éxito. Cuando salió la primera temporada de Stuck en 2015, quedé inexplicablemente frustrada. No podía señalar exactamente qué era lo que estaba mal, pero me quedé con un profundo sentimiento de injusticia. Sentía como si el privilegio de representar historias del Sur global todavía perteneciera a aquellos que tienen más capital económico, cultural y social. La mujer noruega nos contó la historia de las mujeres jóvenes del sur de Asia y de América Latina, valiéndose de sus propios sentimientos y pensamientos en lugar de los de ellas. Poco se escribe sobre América Latina en los medios noruegos. De hecho, cada vez se escribe menos sobre la región: de 2010 a 2015, la cobertura de noticias se redujo de 3.82 por ciento a 1.75 por ciento (Greger et al. 2018). No tengo ningún recuerdo de que en mi educación primaria en Noruega se me haya introducido a aquella realidad del continente americano al sur de los Estados Unidos. Fue hasta la época de la universidad, que se despertó mi interés personal y político sobre América Latina, a través de buenos maestros y maestras; y sobre todo despues de una estadía más larga que tuve en México. La segunda temporada de Stuck podría haber sido una contribución bienvenida a nuestra cotidianidad mediática, en la que América Latina es subrepresentada; y las mujeres latinoamericanas casi totalmente invisibilizadas. Desafortunadamente, la serie no le da a nadie la oportunidad de conocer a las mujeres en América Latina - o el contexto en el que viven. En Stuck acompañamos a la noruega Emilie Beck, que viaja para conocer a mujeres

jóvenes que están siendo objeto de graves violaciones a sus derechos. Su misión es resaltar los desafíos que ellas enfrentan. Desafortunadamente, la historia que presenta Stuck, no es la historia de América Latina que los y las latinoamericanas necesitan que conozcamos. Los matices desaparecen en las memorias de viajes de Beck: las mujeres que ella encuentra y sus narrativas permanecen en un segundo plano. Después del lanzamiento de la temporada sobre América Latina, escribí una crítica sobre la serie en el periodico Morgenbladet, donde señalé que la serie mantiene un discurso colonial reduccionista sobre la realidad latinoamericana y socava la necesidad de solidaridad con las feministas latinoamericanas. Favorece una cobertura sensacionalista que produce algoritmo y “Me gusta” en Facebook. Stuck se vale de los sentimientos y las iniciales observaciones (personales) de la presentadora como la herramienta más importante. Critiqué la serie por desinformar, al ”olvidar” los movimientos sociales que actuan en la región, para en cambio, exaltar la idea de que las organizaciones humanitarias como Plan serían el rescate de estas jovenes para salir de la pobreza. Aftenposten me respondió más tarde en el mismo periódico. Argumentan que el papel de la presentadora hace que la serie sea un éxito, y que el público que ve la serie, las mujeres jóvenes en Noruega, no se relacionaría con la serie sin aquella voz de una mujer con la que se pueden identificar. Percibo esta respuesta como un actitud que reduce la capacidad de pensar de la juventud en Noruega. En lugar de esta renuncia a la responsabilidad de hacer un periodismo de calidad, el periódico Aftenposten debería crear series que puedan informar y generar un compromiso social de manera matizada. Aftenposten negó haber tenido motivos publicitarios para Plan, y que silenciara a

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«Es una historia que fortalece nuestra propia identidad como ”buenos próximos” más que cualquier otra cosa».

–La gente se enojará con lo que ve en Stuck, dice el director de la serie de televisión. La serie falta verdadera empatía, dice el autor del artículo. Foto: TV Wonder/Aftenposten

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las voces de activistas latinoamericanas. Sin embargo, en junio de 2018, el periódico fue sentenciado en la Comisión Noruega de Quejas de Prensa, debido a la ambigüedad de la serie: O sea, que es difícil decir si la serie es periodística o si es pubicidad de Plan. Entonces, ¿qué es en realidad Stuck? Los productores dicen que la serie ha sido referida como serie documental, como tele-novela y como reality show. Me lleva al problema de fondo de esta serie. Si confiamos en que Aftenposten realiza un periodismo crítico (como debería), interpretaríamos a la serie como documental, es decir como una presentación verdadera y crítica de la realidad. Por ello, la ambigüedad de la serie es problemática. Stuck no revela completamente las violaciones de derechos en América Latina, sino que se centra en una cosmovisión eurocéntrica, y la realidad latinoamericana se mide con principios eurocéntricos. Sería reduccionista afirmar que la serie Stuck por sí sola hace que los y las jóvenes no entiendan que el mundo fuera de las fronteras de Noruega es complejo. Es una producción relativamente pequeña con episodios cortos que, obviamente, no puede abarcarlo todo. Pero las decisiones editoriales, conscientes y repetidas en la producción de Stuck, que dice ofrecer una ventana a lo que ”sucede” en el mundo, tienen un impacto en cómo quienes lo miramos percibimos la realidad. Los episodios

duran de ocho a diez minutos, y seguimos la mirada de la presentadora, cuando ella camina por las calles, y escuchamos su voz que describe lo que siente y ve. Las chicas con las que habla obtienen un promedio de un minuto de tiempo de conversación en cada episodio (Fadnes 2018), mientras Beck a menudo define la situación de las vida de ellas con unas pocas frases. El último episodio termina cuando la presentadora concluye que las jóvenes de América Latina viven en un mundo completamente diferente al suyo. «No deciden sobre sus propias vidas, su propio cuerpo o su propia salud. Mientras mis sueños se cumplen, ellas viven vidas que pueden parecer más a pesadillas. Y en estas pesadillas, todos los monstruos son hombres». Este resumen muestra el abismo que Stuck crea entre ”nosotros”, los espectadores occidentales en nuestro mundo seguro, y ”ellos”, sin esperanza y sin realidades polifacéticas. Quizás la serie es un intento de romper esta construida distinción, pero acaba más bien reforzándola; generara la idea de que ”ellas” no tienen espacio para acción o esperanza de cambio. Al mismo tiempo, se establece que el hombre latinoamericano equivale a machismo, en lugar de analizar el efecto del contexto histórico, social y económico sobre las vidas y los obstáculos de las personas. Stuck afirma dar voz a las jovenes que sufren opresión, sin embargo

es la voz de la presentadora la más clara representación de esta opresión, y la que más escuchamos. Beck se vale de su propia cultura y experiencia de vida para interpretar las situaciones que encuentra, y el espectador se queda principalmente con ese limitado análisis de lo que es o no es América Latina. La serie también forma parte de un fenómeno mediático reciente. Aftenposten utiliza herramientas tabloides que se adaptan a la concentración o atención volátil del espectador, en un universo de redes sociales en el que el próximo videoclip impactante está a la vuelta de la esquina. Aftenposten es, por lo tanto, un medio de noticias establecido que se deja inspirar en canales que se valen de las emociones como ”Upworthy” y ”Buzzfeed” en busca de un mayor número de jóvenes entre su audiencia. Vivimos en una época en que los medios de comunicación luchan por ganarse nuestra atención, pero en última instancia, olvidamos por qué es importante que la capten. Esto escribe James Williams, el ingeniero informático que ha trabajado durante mucho tiempo como estratega para Google, y ahora ha escrito un libro sobre cómo nos afectan las redes sociales y lo que llama la ”economía de la atención”. Él cree que las redes sociales tienen el poder de influir en nuestra cosmovisión, valores y prácticas a través de algoritmos. Esto me hace preguntarme: ¿Qué sucede cuando los jóvenes noruegos reciben constantemente más información sobre otros continentes a través de fuentes como Facebook y Stuck? ¿Y qué sucede con las plataformas de medios como Aftenposten, cuando tienen que luchar por la atención del espectador? ¿Será que esta necesidad por la atención vence al mandato de fundar un periodismo crítico? Lo que la serie carece en su máxima expresión es la empatía, la empatía real. Tiene un embalaje que puede parecer empático a pimera vista, pero si nos fijamos más, nos dice más sobre nosotros que sobre aquellos sobre los que queremos aprender. Nos hace sentir bien porque estamos en esta parte del mundo y vivimos en sociedades que funcionan sin que tengamos que hacer mucho al respecto. Los espectadores inundan los campos de

comentarios online: «Estamos bien aquí en Noruega», y «No pueden resolver por sí mismos». La serie genera compromiso, pero con esta falsa premisa. Como el propio director dijo en la fiesta de estreno de la segunda temporada de Stuck: la gente se enfadará con lo que verán en Stuck. Es una historia que fortalece nuestra propia identidad como ”buenos próximos” más que cualquier otra cosa. Llegamos a pensar que lo que vemos es lo que realmente sucede, a diferencia de los hombres que oprimen y las mujeres que son víctimas. La verdadera empatía implica un diálogo donde la comunicación va en ambas direcciones. Es hora de que aquellos y aquellas que tienen una historia para contar sean quienes lleven esta conversación adelante.

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FEMINISMO DESDE IXIMULEW Y LA MIRADA DE UNA JOVEN MAYA K´ICHE´ Vieja, loca, arrogante, prepotente, bruja, criticona, socialista, comunista, anarquista, puta, lesbiana, etc. Son los conceptos del feminismo que nos venden a través del paquete tecnológico hoy día, es difícil poder hablar libremente e identificarse con el feminismo en nuestros pueblos originarios, todo por las múltiples definiciones que el patriarcado hace invadir en todos los medios posibles a pesar de nuestra lucha y resistencia durante miles de año. Caty Soc.

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Vivimos en un mundo en donde para muchos, el peor enemigo de esta humanidad somos nosotras las mujeres, la palabra FEMINISMO fue escrito y definido por aquellas personas que en su momento tuvieron la capacidad de leer y escribir, pero son mujeres que no son del campo y mucho menos de algún pueblo originario; para muchas mujeres, el feminismo fue la lucha por la educación, pero para nosotras y como pueblos originarios el FEMINISMO, es nuestra lucha y resistencia de identidad, de nuestra semilla, de la protección de la Familia, la protección de nuestra madre tierra, de nuestro territorio y cuando hablamos de territorio, nos estamos refiriendo también a nuestros cuerpos y nuestro cuerpo se defiende, se respeta y se protege, es aquí donde puedo decir, que nosotras las mujeres desde los pueblos originarios, no venimos hablando tanto del concepto del feminismo porque se nos ha negado su verdadero concepto, se nos ha negado el sentido y fin de un verdadero feminismo que busca unificar la igualdad, integridad y equidad de género, por ello, en muchas ocasiones es muy difícil hablar libremente del tema, sin embargo, en nuestro diario vivir la transformamos en cada accionar y en cada tejer de nuestros pasos y pensamientos para la reconstrucción de un mundo nuevo, de una humanidad emancipada, de una humanidad donde todos y todas podamos gozar de un verdadero BUEN VIVIR como lo llamamos nosotros los pueblos originarios, aquel buen vivir que nuestra abuelos y abuelas un día lograron construir y gozar en nuestros

territorios a través de cosmovisión, una cosmovisión donde todas y todos nos volvemos complementos indispensables en la construcción, conservación y reproducción humana. Soy una mujer del pueblo maya, un pueblo que revoluciona y ha revolucionado, conozco mi raíz y mi historia y siempre que este sistema nos golpea por discriminación, violación, racismo y exclusión, es justo en ese momento en la que siento que me abriga profundamente un calor, que sin duda, es aquel calor de miles de mujeres que Vieja, loca, arrogante, prepotente, bruja, criticona, socialista, comunista, anarquista, puta, lesbiana, etc. Son los conceptos del feminismo que nos venden a través del paquete tecnológico hoy día, es difícil poder hablar libremente e identificarse con el feminismo en nuestros pueblos originarios, todo por las múltiples definiciones que el patriarcado hace invadir en todos los medios posibles a pesar de nuestra lucha y resistencia durante miles de año. caminaron, lucharon y resistieron en este mismo caminar de vida lleno de dolor, coraje, discriminación, racismo desde la invasión, pero que hoy me llenan de fuerzas para no ser sumisa, ya que las energías de ellas son las que me llenan de inspiración desde en la otra dimensión de la vida, para luchar ante el sistema patriarcal, imperialista y racista que cada día invisibiliza nuestra existencia y nuestra historia de lucha y resistencia, este calor es la que me mantiene viva a mí y a muchas más mujeres para ser la porta voz de aquellas que se ahogan en el silencio porque por miedo temen gritar,

de aquellas mujeres que no logran romper el dolor que hay en sus corazones porque son intimidadas, violentadas y hasta en cierto punto son criminalizadas, esta es nuestra lucha día a día junto a miles de mujeres más. Entendemos que mujer no es sinónimo de maternidad y eso está muy claro dentro de los principios y valores cosmogónicos, desde antes, jamás se ha pensado hacer efectos colaterales en la sobrevivencia humana y más si es producto de violación, nosotras luchamos y resistimos por y para la vida, por la tierra, por el agua, por el aire, por nuestras semillas, por todo nuestro territorio, nuestra familia etc, cada vez que alguien sufre de violencia, dolor, angustia, desigualdad y entre otros factores, también estamos sintiendo todo eso y nos solidarizamos con esas personas porque forman parte de nuestro territorio y son complementos de la vida, pretendemos trabajar juntas para poder lograr, superar y construir un verdadero camino de trasformación social y ese es el camino hacia el feminismo popular que día a día nosotras construimos en nuestros espacios, donde tejemos nuevamente esa historia que un día nos arrebataron con espadas y religión, donde perdimos tantas sangre pero que jamás perderemos la esperanza de poder decir al mundo entero, “que existimos como pueblos originarios”, que luchamos y resistimos como nuestros antepasados lo hicieron, nuestra lucha no fue hace poco y esto nos llena valentía seguir luchando y resistiendo cada momento ante el sistema que nos oprime, margina y discrimina. En mi espacio y territorio no es necesario llegar a decir, que soy feminista, porque lo que habla en mi espacio son mis acciones, porque quiero luchar, quiero hablar por aquellas que tienen miedo de exigir y proteger sus derechos, tengo un camino político y aunque la definición teórica-académico del feminismo sea otro contenido; yo solo quiero vivir tranquila, libre, y respetada y que las demás personas también lo sean,

quiero conservar mi identidad, mi vestimenta, mi idioma, mi territorio, mi semilla pero sobre todo la madre tierra, porque quiero una vida digna para todos los pueblos, lucho juntamente con las otras mujeres y hombres que buscamos la integridad del género y pueblo para lograr el verdadero BUEN VIVIR, esto no será fácil, porque la criminalización y saque dentro de la lucha de clases el Estado genocida lo ha tomado muy normal, sin embargo, no perdemos la convicción ni la esperanza de que algún día nuestra generación será la que vivirá un mundo emancipada, donde todos y todas seremos protagonista de la conservación de un modelo de vida digna y digna. Desde IXIMULEW-GUATEMALA, envió un cordial saludo combativo y abrazo solidario a todas las que aportamos y luchamos para una trasformación social, que las fronteras jamás nos permita delimitar nuestras luchas y solidaridad.

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MUJERES QUE TEJEMOS Caty Soc

Son tantas, tantas, tantas, tantas los dolores y lamentos que en miles de años hemos tenido que ocultar. Hemos tenido que ocultar nuestra historia Hemos tenido que ocultar nuestra belleza Hemos qué tenido que ocultar por años nuestros conocimientos porque desde la invasión han sido opacadas, burladas y enclaustradas, porque lo que demuestra nuestras culturas, nuestras creencias, nuestra identidad, nuestro ser y nuestra cosmovisión supera a este estructura patriarcal y neoliberal y ellos temen a que florezcamos. Pero nos nuestros ancestros, nos enseñaron a resistir, a guardar nuestra historia, proteger nuestra madre tierra, nuestra semilla y transmitirla a través de nuestras prácticas de convivencia con la madre tierra y el cosmos, a través de nuestra danza, a través del tejido de nuestra vestimenta es que hoy dia resistimos, por ello. Seguimos tejiendo para conservar la vida Tejemos la vida y la identidad de mil colores Tejemos pensamientos y trenzamos camino Seguimos tejiendo los principios y valores ancestrales para su conservación El hilo es nuestro rumbo y destino que a través del nudo nos permite dar un punto final a un siclo de vida buena o mala, para luego retomar el camino y seguir tejiendo horizontes de identidad y resistencia. Quiero seguir tejiendo acompañada de la luz del abuelo sol, quien me alumbrará a través de su sagrada energía para construir una sociedad justa e igualitaria Quiero seguir tejiendo con la luz de la abuela luna, quien es la que me inspira y fortalece mi caminar hasta en los días más oscuros y ser resistente ante cualquier injusticia de este sistema Quiero seguir tejiendo con el brillo de las estrellas del cielo para seguir fortaleciendo mi identidad y brillar mi voz ante la crueldad del que callan miles de mujeres. Quiero seguir tejiendo mientras duerma, porque mi lucha y resistencia jamás se cansa y sé que tampoco la lucha y resistencia de millones de mujeres, jamás será silenciada ni corrompida. Tejo y seguiré tejiendo e invito a que juntas… tejemos esta vida de mil colores para ser tejedoras de una nueva era, de una nueva sociedad, de una humanidad transformada y emancipada.

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Illustración: Astrid Fadnes.

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¡QUÉ VULVARIDAD! «Usamos nuestros labios para hablar más allá de las palabras» Av Río Polly Crac.

En 2016 Lena Noltenius y yo comenzamos esta aventura sin imaginar hasta donde llegaría. Tras un chat donde una mencionaba que no le gustaba su vulva y tras la sorpresa de la otra al leer eso, comenzamos a intercambiar fotos de nuestras vulvas después de surgirnos el siguiente cuestionamiento ¿hay vulvas feas?. A la 5ta fotografía intercambiada, ambas estábamos enamoradas de las fotos; los tamaños, los colores y sobretodo la forma en que elegimos representarnos para compartirnos con la otra. Sin dudarlo, pensamos en hacer una exposición con imágenes de nuestras hermosas vulvas, pero como no nos parecía suficiente solo mostrarnos nosotrxs, entonces decidimos sacar una convocatoria llamada #QueremosTuVulva. La convocatoria invita a las compañeras y personas portadoras de una vulva a explorar la belleza su cuerpa con el objetivo de enviarnos una fotografía de su vulva, sin ninguna restricción, solo que fueran de tamaño suficiente para poder ser en impresas.

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Para marzo del 2016 recibimos alrededor de 75 fotografías de vulvas, en su mayoría de compañeras de la Ciudad de México y tuvimos nuestra primera exposición a nombre de La Colectiva Histeria en el espacio lesbofeminista Punto Gozadera. Para ese momento estábamos impactadas con la cantidad de imágenes que

teníamos en las manos. A partir de entonces empezamos una especie de tour vulvar donde tuvimos la oportunidad de visitar un pedacito de Centroamérica y compartir la exposición. Nuestra emoción no paraba, así que, junto al colectivo Beso Diverso, en Costa Rica y ayuda de compañeras en Nicaragua, lanzamos de nuevo la convocatoria y en junio del 2016 logramos juntar unas 150 fotografías las cuales expusimos en Café Mará Mará (Managua, Nicaragua), Centro Cultural Guanuca (Matagalpa, Nicaragua); con algunas dificultades debido a fronteras y tonterías migratorias que no nos dejaron llegar personalmente pero llegaron las vulva, y Casa Batsú (San José, Costa Rica). Dudas, sonrisas, llantos, sobresaltos, recuerdos pero sobretodo escucharnos y compartirnos como ha sido vivirse para las mujeres y para quienes portamos una vulva en nuestro cuerpos fueron parte de las reacciones a tan provocadora iniciativa. Durante los conversatorios que suceden en cada espacio donde exponemos las vulvas; se han ido construyendo diferentes formas de contarnos nuestra historia desde los cuerpos que habitamos. Escuchándonos, nos dimos cuenta que más que conocer sobre nuestras vulvas, y de las otras y otres, desconocemos aquello que habita entre nuestras piernas.

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La invisibilización de nuestra sexualidad cuando se nos censura por hablar, mostrar, querer saber sobre nuestro cuerpo; la prohibición a explorarnos en totalidad desde nuestra infancia cuando con castigos o adjetivos descalificativos nos refuerzan la idea de que tocarse es malo; los tabúes que han sido impuestos alrededor de nuestras vulvas con freses que nos repitieron siempre de que es sucia, que que huele mal, que nunca debes mostrarla, que cierres las piernas para no dar tentaciones; el control sobre los cuerpos de las mujeres y cuerpos con vulva en un sistema que usa nuestros cuerpos como moneda de intercambio, como objeto de consumo; son parte de los temas que tratamos en cada encuentro con las y les asistentes.

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¡Qué Vulvaridad! expone la diversidad y autenticidad de cada una de las vulvas que participan en ella. Además promueve una postura de amor propio, aceptación y comodidad con nuestros cuerpos; derroca el pensamiento social de lo que debería, o no, ser la belleza del cuerpo y el desarrollo de nuestra sexualidad. Desvincula todo estereotipo estructurado por la pornografía falo centrista y la publicidad sexista que nos violenta día a día con imágenes, que por cierto, son una falacia, son además ofensivas para quienes no cumplimos con los protocolos solicitados. Muestra que la forma en que somos

representadas visualmente no corresponde con la forma en que nos vivimos los cuerpos e invita a las y les participantes a decidir cómo quiere ser vista y cómo quiere compartirse. Los encuentros durante estas exposiciones fueron tan enriquecedoras para todas y todes les presentes que para este momento tenemos un poco más de 200 fotografías y hemos recorrido parte de México, exponiendo en diferentes espacios y con diferentes colectivas como la Feria Cultural Feminista de Colima, Cuerpos Parlantes en Guadalajara (Jalisco), Tepic con la Colectiva Feminista Nayarit, Arpiñamiento Apía en León (Guanajuato), Encuentro Internacional Político, Artístico, Deportivo y Cultural Mujeres Que Luchan en el caracol zapatista Morelia (Chiapas), Encuentro mujeres que luchan en el barrio en Ecatepec (EdoMex), Luna Maya y Librería La Cosecha en San Cristobal de las Casa (Chiapas), La Emisora Gourmet en Cholula (Puebla). Y a donde sea que vamos siempre estaremos agradecides con quienes se abrieron de vulvas para que esto sea posible y a quienes con su mirada y con su palabra nos han compartido. Gracias por ser parte de la Vulvaridad.

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SOMOS GUERRERAS MARY LUZ @Mary Luz López Henao

Mi nombre es Mary Luz López Henao, aunque he tenido muchos nombres, este es el de bautizo. Lulú de pequeña por mis cachetes redondos y rojos como manzanas, luego Jazmín porque en la guerra no debes llevar tu verdadero nombre así seas niña no basta con cargar un fusil, también necesitas un seudónimo.

Las Guerreras del Centro – corporación de las trabajadoras sexuales

Las Guerreras del Centro es una corporación sin ánimo de lucro de Colombia que busca visibilizar, empoderar y dignificar el oficio de las trabajadoras sexuales; valiéndose de la resiliencia de estas mujeres frente a los distintos tipos de violencia que han soportado a lo largo de sus vidas, el cuerpo se reconfigura y sirve como medio para desestabilizar y transformar los imaginarios que se tejen en torno a este oficio. Dos integrantes de Las Guerreras den Centro han compartido sus textos.

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De adulta Yayita, mis compañeras me nombraron así por mí voluptuoso cuerpo haciendo alusión a la novia de Condorito, y de ahí en adelante tuve mil nombres, cada que me acostaba con un hombre cambiaba de nombre, lo hacía por seguridad, por petición del cliente me llamaban como su amante, su esposa, o su madre, incluso en una ocasión me llamaron Guillermo. Ahora que soy una Guerrera me llamo Rahab. Conocí a las Guerreras cuando empezaron, lástima que no pude participar en el primer performance, pero para el segundo estaré con mi Yelmo y mi coraza en el escenario, ese mismo con el que peleé en muchas plazas y zonas de tolerancia de Colombia, en dónde te armas de coraje para enfrentar cada noche la dura realidad de las que luchamos para llevar el pan a nuestros hogares. Atajamos dardos, de envidia, malas palabras, indiferencia, tristeza y soledad. Desde esas noches de bruma empecé a escribir, creía que un poema les traería calma

o abriría las mentes de mis compañeras. De ahí mi punto de partida con las letras y con eso que me aplastaba el corazón; las muertes, las desapariciones, los golpes los maltratos contra mis aves nocturnas, y con mi propia vivencia empecé a hacer mención, a escribir de ellas y de mí con otros nombres, a gritarle a el que fuera que me duelen mis putas, pero por dentro me dolía más está puta, esta que durante años golpearon, y que no lo podía hablar en público por vergüenza, porque estas verdades no son para todos los oídos, los que en la noche te ensalzan de día te escupen. Necesitaba quitarme esa caparazón de dedos señaladores, de palabras retumbando aún en mis oídos, y la que siempre me ayudó fue la escritura pues esa volvió a mi auxilio, después mis zapatos de cristal, los que estaban guardados en mi maleta hacía cuatro años, porque el día que abandone, de la puntería no fui capaz de abandonarlos a ellos, y los conserve en mi vieja maleta, sí mi maleta la que iba y venía cargada de tacones y condones, ahora va llena de ilusiones. Mis zapatos de princesa los doné para un museo, representarán a la mujer trabajadora sexual, eso es muy significativo para mí, los olvidados tacones me dieron la fuerza para hablar y seguir luchando, escribiendo, haciendo memoria, resistiendo, y resinificando la vida de las demás.

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SAMANTHA @Maryluz López

Celeste era hermosa y muy joven cuando salió́ a experimentar el mundo. Su madre nunca la cuidó, ni la protegió; sólo la entregó a un orfanato de monjas. Desde niña aprendió́ a arreglárselas sola, madrugaba más que las otras niñas y ayudaba a cargar agua al hombro para obtener un pedazo de pan seco adicional que ruñía como un ratón al escondido bajo su cama. Entendió́ que las cosas se ganan, la clásica ley de «tú me das y yo te doy». Celeste quería ser rica y hermosa, odiaba el lugar donde su madre la había abandonado, la pobreza en la que vivía y el maltrato que recibía de las monjas. Llevaba toda su juventud planeando cómo escapar de allí,́ no quería volver a comer carne podrida a medio cocer ya que si no la comía la esperaba un látigo. Una noche escapó, ya no era un niña, era una mujer, miró atrás y juró que nadie en la vida la encerraría jamás, que seria libre como el águila. Ella era tan pura, tan bella, tenía juventud, le era fácil entregar amor al amor, daba su cuerpo a la más desenfrenada pasión; pensaba que un lecho y una habitación eran su castillo de lujos soñado. Cada vez que hacia el amor se perdía en una inmensa tela de seda, era como morir y resucitar. Un día no volvió́ a hacer el amor, cayó en una prisión de la que no ha salido; una prisión desde la cual a lo lejos sólo ve cuatro letras que retumban en su cabeza y trata de olvidar: p.u.t.a.

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En ella transcurren los quince minutos más largos de su existir pues tiene al frente a alguien que la mira y no la ve, un lugar donde se vale mentir, un lugar donde tiene poder y lo ejerce. Celeste no volvió́ a estar en su castillo, está atrapada en llanto, cambio su nombre por

Samantha, ahora bebe wiskhy y champán, así ́ lo decidió́. Cierra sus ojos y la invaden varios sentimientos, baña su pálido cuerpo, recoge los pesos que quedaron en la cama todavía tibia, siente que cumplió́ su deber. Maquilla sus labios de rojo caramelo y calza los tacones que supone le dan suerte; con su minifalda, que deja muy poco a la imaginación, va y se para en la esquina a la espera de otro cliente para complacer. Con su tez dorada, rostro vivaz, ojos de mirada intensa y picarona sueña con ser una actriz, con pisar las tablas en donde su cuerpo torneado y sensual juegue con las luces y las sombras del teatro. Samantha puso todo su amor en el sexo, el amor que nunca tuvo, el amor que le negaron. En cuatro paredes lograba ser amiga, consejera, amante y novia; le era fácil hacer feliz e infeliz a miles, llenó sus bolsillos y vació́ algunos. Ya han pasado los años y sola se te ve. ¡Ay mujer fatal, la del swing al caminar, la de larga cabellera que hechizaba al mirar, tus constantes coqueteos con los chicos del lugar, a quienes dejabas en un trance, sin poder a ti renunciar, volvían extasiados de tu cuerpo hecho un manjar! ¿Dónde está el chanel que usabas? ¿El oro que tus amantes te daban? ¿Los zapatos de cristal que un día adornaste? ¿Tu wiskhy favorito con el que tus prendas volaban al infinito? No tienes nada, no tienes ganas de vivir, porque hasta la esquina donde solías pararte, donde no se te escapaba ningún transeúnte, hoy la usurpan rostros y cuerpos en plena lozanía. Todo se acabó, no quedó nada, tu

carrera terminó. Tus arrugas se ven, entraron en tu vida sin avisar y tienen justificación después de años de trasnocho, de pasar de esquina en esquina, de cazar y ser cazada, de desgastar tu piel. No tienes empresa que te respalde, ni dónde cobrar una pensión, tu cara refleja que te debes jubilar, tu profesión es efímera ¡Qué tarde lo descubriste! Amaste más el dinero y este no te correspondió́, como llegó se fue y te dejó con las manos vacías, sin esperanza ni ilusión. Caíste en esa telaraña de la que es tan difícil salir, en la que estás atrapada y ni cuenta te das. Escogiste el camino más fácil que es tan difícil de llevar, entregaste tu juventud al mejor postor. ¿Qué la acompaña hoy? Una botella de alcohol barato que le sirve para ahogar la agonía, una calle vacía esperando que se tienda en su acera junto a cartones pestilentes y húmedos. Allí ́ se acuesta, en la que será́ su última morada, allí ́ donde la luna la observa callada, donde la noche llora al ver una vejez olvidada que no pudo cumplir sus sueños. Un cuerpo frio está en el pavimento, el viento pasa sobre él renegando que nadie extrañará́ a esta desventurada, ni las campanas repicarán por ella ¡Oh miles de huellas tuvo esta fugaz luz, que por ser bella dejo de ser ella!

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ELLA, ÉL, YO Los textos abajo son pequeños extractos de la historia de Liam sobre el camino de Heydi a Liam. Liam ha documentado a hombres trans en Cuba en el proyecto fotográfico llamado Alma Azul. La idea del proyecto es normalizar a la experiencia de los hombres trans en su camino de cambio de sexo de mujer a hombre, o como lo dice Liam, sincronizando el exterior con el interior. Son padres, amigos, son novios y son hijos. Liam Duran, fotografo, Cuba

1 La información que hay en mi país sobre nuestra comunidad no es suficiente. Exponer mi punto de vista y contar algunas de mis experiencias con otros chicos trans, ayudará a crear una idea del tema más cercana a la realidad sobre los transgéneros masculinos en la sociedad cubana. Mi nombre es Liam Duran. Llevo casi 5 años en medio de un proceso, el cual intento sincronizar mi exterior con mi interior. Debo expresarme con términos creados por otros antes que yo, los cuales llamo: Etiquetas. Intentaré usarlas solo como una herramienta más del lenguaje, no para separar al ser humano en grupos. Hago esto exponiendo como principal factor mis experiencias vividas a través de los años que llevo en un proceso el cual muchos llaman: cambio de sexo de mujer a hombre.

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2 En febrero 2014 fuí por primera vez a una consulta. Luego de que esperáramos unos 20 minutos fuera, Ileana me mando a entrar. Hubiese querido que mi novia Lorena entrara conmigo, pero sabía que era una consulta personal. “Ánimos” me

dijo. Una vez adentro me senté frente a 3 doctores. Una señora llamada Maira, un señor mayor, y una chica de unos veintitantos, los tres de semblante muy amable. Me hicieron muchas preguntas. Entre ellas la pregunta del millón: desde cuando te sientes hombre. Sin miedo a que me malinterpretaran tuve que decirles que yo no me sentía hombre. Y que tampoco podía decirles desde cuando me sentía así. “¿Entonces cómo te sientes?” continuaron. “Es difícil de decir. Solo sé que no estoy de acuerdo con mi imagen, y creo que nunca lo he estado. Recuerdo que cuando tenía 5 años envidiaba la figura de un niño de mi aula. Quería ser como él, para tener las novias que él tenía, vestirme como él lo hacía. Jugar los juegos que él jugaba y en un futuro... poder usar las billeteras que tanto me llamaban me gustaban. Con el tiempo fui suprimiendo ese deseo porque ni yo mismo en ese entonces entendía que me estaba sucediendo. Solo sabía que ante la sociedad, lo que estaba sintiendo era mal visto. Que lo correcto era que tuviera novios y que fuera una chica presumida. Era como si hubiese vivido

toda mi vida usando un disfraz que jamás había querido usar. En conclusión, no sé si me siento hombre, solo sé que ya no puedo seguir jugando a ser mujer.” 3 Hay una etapa muy crucial en el cambio, donde vamos a pasar a ser muchas cosas. Demasiadas etiquetas. Pasé a ser de lesbiana masculina, aún no se qué es, a un hombre muy amanerado, y por ende, sin dudas… gay. A estas alturas muchas personas me tachan de homosexual porque mantengo algunos gestos femeninos. Y hasta los entiendo. La masculinidad está muy encerrada en un patrón de fortaleza ruda. Cierto que en el principio imité el peor de los comportamiento masculinos porque me acomplejaba que me tacharan de marica. Un término que en ese entonces me molestaba bastante. Nadie quiere ser discriminado por sus preferencias. Y yo menos que solo quería pasar desapercibido.

Pienso que de haber sabido lo que hoy sé, desde el principio todo hubiese sido diferente para mí. Supongo que era necesario pasar por todo este proceso para llegar a donde me encuentro hoy. 5 Algún día me llamé Heydi, mi seudónimo de niño en los juego era Raúl; luego pase a ser Kevin, hasta que termine siendo legalmente Liam. Heydi, Raul, Kevin, Liam... Lesbiana, gay, trans...qué más da. Si debo indentificarme con algo, soy orgullosamente, una persona transgénero. Eso, persona.

4 Creo que casi lo he logrado. Y digo casi, porque dicha sincronización va más allá de lucir físicamente como un hombre. Entendí esto con el tiempo, cuando el físico pasó a un segundo plano.

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¿RAP FEMINISTA? ¿O FEMINISTAS QUE RAPEAN? En 2014 MTV publicó la lista de los mejores raperos latinoamericanos. La lista no incluía ni una mujer. Pero los videos sí. Mujeres desnudas bailando alrededor de los hombres. Nada de nuevo para quién le gusta el hip hop comercial. Pero, si uno mira por fuera de la lista, hay una serie de artistas buenas e interesantes. Ingrid Fadnes, periodista y miembro de LAG

¿Porqué no entran las mujeres MCs en las listas del Hip Hop? El reportero de Los Angeles Times y Rolling Stones, Ernesto Lechner, opina que la explicación se encuentra en la sociedad machista. «Existe una cultura machista, pero existe una paradoja interesante, porque el papel de las mujeres en la música latinoamericana no se puede subestimar. Tenemos muchas, desde Gal Costa, a Ellis Regina, a Paquita La Del Barrio, y obviamente la Mala Rodriguez». Haciendo referencia a la Mala Rodriguez y a Ana Tijoux, y a la rapera Goyo de la banda colombiana Choc Quib Town, Lechner concluye que: «son las mujeres quién crean el paisaje sonoro más interesante dentro del rap latinoamericano».

Foto: Rodrigo Silva

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Con otra mirada hacia el continente se abre otro paisaje musical. No sólo se mira la música, si no la lucha por la libertad y el respeto. Una de ellas es Rebeca Lane de Guatemala. Lane, y muchas otras, que van en contra de la corriente musical misógina y sexista y desafían los estereotipos, tanto en la música comercial como en la sociedad.

un fuerte énfasis en lo colectivo. Hay otras quienes abrieron brechas antes, como la puertorriqueña Lisa M, quien fue de las primeras raperas del continente con éxito internacional. Están las pioneras del grupo argentino Actitud María Marta quien está en el juego desde los años noventa, y tenemos a la rapera chilena Ana Tijoux quién ha llegado a un publico extenso con sus rimas conscientes. “Otra veterana” es la mexicana La Mala Rodríguez, quién durante 15 años ha presentado el rap en español para un publico más grande. Si fuera posible colocar MCs de un continente dentro de una categoría, podríamos describir las raperas de la nueva generación como un grupo políticamente consciente. Rapean y cantan sobre la lucha de liberación de las mujeres y el derecho de ser autónomas, en vez de alardear sobre dinero, fama y cuántos hombres pueden conseguir, en contraste a su contrapartida masculina en el escenario. Pero, obvio, la categoría no sirve si amarra y disminuye las posibilidades de todxs lxs generos en el escenario. No todas caben dentro – ni sería la intención.

La categoría políticamente consciente Rebeca Lane forma parte de una nueva generación de raperas que está creciendo y que construyen su carrera musical con

Somos Guerreras El rap de Centro-América es poco conocido pero Rebeca Lane y su proyecto colectivo llamado Somos Guerreras abre la puerta

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«Mi música no es feminista, pero yo soy feminista..» - Rebeca Lane

para muchas más MCs. No solo rap, también grafiti, breakdance, DJs y beatbox. En poco tiempo Lane ha ido de ser radioperiodista y activista a ser una referencia importante dentro de la escena del Hip Hop – no sólo en Guatemala, sino en América Latina y fuera del continente. En la radio RadiOrakel en Oslo, Rebeca Lane está en el playlist. En los últimos años artículos sobre su música han aparecido en revistas como Vice, Cosmopolitan y The Guardian.

Foto: Rodrigo Silva

La nueva generación de MCs latinoamericanas usan la música para expresar la opresión contra las mujeres. Al mismo tiempo expresan la fuerza de las mujeres, la resistencia y el coraje de existir como mujer. Los textos son enraizados en la desigualdad estructural, como el acceso a salud, educación sexual, prevención, aborto, tráfico, violencia en los espacios públicos, violencia intrafamiliar y en relaciones, violación y femicidio. Esto último, el femicidio, es un tema central para muchos países, no sólo en América Latina. Las cifras de femicidios son alarmantes, y su causa todavía más: estás muerta, porque eres mujer. En la canción “Bandera Negra” Lane le responde a sus colegas hombres del rap que usan un lenguaje homofóbico y sexista, y quienes alardean sobre sus huevos:

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Tengo millones de huevos en cada ovario No me hace más mujer ni a vos te hace menos macho Activista y feminista Se describe a Lane como feminista, anarquista y activista. Sus canciones no tienen límites. Rapea sobre la violencia durante la guerra en Guatemala, canta sobre la liberación sexual para todxs lxs géneros, canta sobre el estado corrupto, la opresión histórica, y canta sobre el derecho de ser libre como mujer. Para ella la música ha sido una posibilidad de expresar lo que era difícil como activista. –Puedo expresar más ahora que antes. Por muchos años he formado parte de la sociedad civil organizada en Guatemala, pero la persecución política es dura. Es difícil para la gente organizada, y hablar en contra del poder si vives en la periferia o en las zonas rurales, es todavía peor. Cuando Lane entró en el escenario del Hip Hop la pusieron en la categoría “rapera femenina”. Una etiqueta que ha cuestionado repetidamente. La etiqueta es común. En Noruega la tendencia es la misma. Es una “banda de mujeres”, pero nunca “una banda de hombres”. Las mujeres en un escenario tradicionalmente dominado por los hombres, siempre van a ser percibido como algo

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NI UNA MENOS de Rebeca Lane

fuera del normal. El hombre rapeando es la norma, quien entra en “su” espacio, será lo “alternativo”. Lane explica que no tiene nada en contra de romper estigmas y barreras, pero que el enfoque tiene que ser deconstruir el estigma y hacer la arena colectiva y diversa, independientemente del género o preferencia sexual. Esta opinión le ha dado otra etiqueta: “rapera feminista”. –Mi música no es feminista, pero yo soy feminista. Quien soy se refleja en mis rimas, pero son los grupos feministas quién ha escuchado mis canciones y las han hecho “suyas”. Para mí esto es algo bueno. Para mí es importante que toda la gente se pueda identificar con mi música, pero no es exclusiva para nadie. Violencia contra la mujer La lucha contra la violencia de género es dura y complicada. Centroamérica es una de las regiones dónde las estadísticas de violencia contra las mujeres y feminicidios son altísimas. En Guatemala se denuncian cada año 44.000 casos de violencia contra las mujeres y aproximadamente 700 mujeres son asesinadas cada año. Y se esclarecen solamente el tres por ciento de las denuncias de violencia y abusos.

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En 2016 se revelaron varios casos de violaciones brutales en Brasil. Habían casos de violaciones en grupo, una joven y 33 hombres…El movimiento feminista en Brasil gritó: ¡no son enfermos, son hijos saludables del patriarcado!. Cada 11 minutos una mujer en Brasil es violada. En América Latina se encuentra algunas de las leyes de aborto más estrictas en el mundo y

miles de mujeres son forzadas a hacer abortos clandestinos. En noviembre del 2018 Rebeca Lane lanzó el video-clip “Ni una menos”. La canción y el video son inspirados en las movilizaciones masivas de las mujeres en los últimos años. Movilizaciones históricas han acontecido en Argentina, donde se grabaron las imágenes para el video-clip, en México, en España, en el país Vasco y en Chile. La música de Lane camina conjunto con una movilización que crece en el continente – y en el mundo. Una nueva lista….igual de deprimente En septiembre del 2018 la revista Vice publicó otra lista de lxs 13 mejores MCs en América Latina. Solamente una mujer se encontraba en la lista: Ana Tijoux. Ignorar a Tijoux en 2018 sería imposible, pero aun así, la lista ignora a muchas. Repito la pregunta: ¿Porqué no entran las mujeres MCs en las listas del Hip Hop? ¿Será qué es por sus textos? Propuestas para MCs potentes para esta lista hay, y no hay necesidad de diferenciar las listas en categorías de género. ¿Quizá es el conocimiento? Hay que dar unas dicas al Vice. Preguntamos a Rebeca Lane si podría compartir su playlist. Preguntamos por mujeres del Hip hop, mujeres que cantan y rapean y la inspiran. Nos la compartió enseguida. Aquí te presentamos: Raperras de Rebeca Eunice Tamayac (en Spotify). Una canción - una lírica - para cada huevo en tu ovario. Disfruta y amplifica.

Quisiera tener cosas dulces que escribir pero tengo que decidir y me decido por la rabia 5 mujeres hoy han sido asesinadas y a la hora por lo menos 20 mujeres violadas eso que solo es un día en Guatemala multiplícalo y sabrás porqué estamos enojadas. no voy a andar con pinzas para quien no entienda que esto es una emergencia y estamos preparadas. no soy pacifista no me exijan cosas que no ofrezco no pedí un pedestal ni lo merezco soy como las otras hartas de andar con miedo agresiva porque es la forma en que me defiendo. no tengo privilegio que proteja este cuerpo en la calle creen que soy un blanco perfecto pero soy negra como mi bandera y valiente en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas. la curandera que murió de tantos golpes porque el hombre que la amaba realmente la odiaba. la otra que fue abandonada con un hijo y cuando se enfermó tuvo que mandarlo a un hospicio. esta va por mi porque a los 15 años me atravesó la cara un golpe desde su mano porque ningún humano se hizo presente el día que un delincuente me dejó el pezón marcado. esto va por la niña de 9 años obligada a un embarazo porque la violó su hermano una niña sin derechos porque el clero considera que el aborto es peor de lo que le han hecho. me remito a los hechos no voy a explicarle con dibujos a ningún macho de esos que creen que con su intelectualidad nos van a venir a educar sentados en su privilegio. no tengo privilegio que proteja este cuerpo en la calle creen que soy un blanco perfecto pero soy negra como mi bandera y valiente en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas. cuéntanos bien en las calles somos miles desde México hasta Chile y en el planeta entero en pie de lucha porque vivas nos queremos no tenemos miedo no queremos a ni una menos. díganme loca histérica y exagerada pero hoy canto en nombre mío y el de todas mis hermanas no nos acusen de violentas esto es autodefensa estamos en resistencia ya no somos indefensas. ... pero soy negra como mi bandera y valiente en nombre mío y en el de todas mis bisabuelas

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PLACERES CULPOSOS Cuando feministas bailan con rimas machista. Elida Høeg, periodista y vocalista en Ohnesorg

Hace unos años me enganché con la música de Drake y The Weeknd. Sus canciones eran totalmente diferentes de todo lo que había escuchado antes y las ponía todo el tiempo. Me encantaba escucharlo, pero lo hacía de manera solitaria, con auriculares. Una noche cuando pensaba que estaba sola en casa, puse el volumen a tope mientras cantaba. Después de unos minutos llegó al cuarto mi compañera de piso y con cara de sorprendida me preguntó: ¿A ti te gusta esto? Las letras de Drake y The Weeknd destilan machismo de todos los niveles. Te patronizan: I’ll give you someone to look up to / you can even call me daddy.1 Te tildan de prostituta: Ever since I left the city you / started wearing less and going out more.2 Y te amenazan con violencia sexual: Ringtone on silent / and if she stops then I might get violent.3 He cantado la última frase en voz alta varias veces. Bastante inquietante, ¿verdad? A veces es difícil ser feminista en un mundo machista. Estos artistas obviamente no son los primeros que me han expuesto a letras misóginas. Eminem era mi ídolo cuando tenía diez años... La diferencia radica en que ahora sé qué destructivas pueden ser estas letras, el impacto que pueden tener. Sin embargo y aun así, sigo escuchando algunas de estas canciones, sabiendo que está mal, mal, mal…son mis «guilty pleasures» - placeres culposos. Pero antes de indagar en si la música facilita que el machismo silenciosamente invada nuestro cuerpo sin avisar, vamos a concentrarnos en la utilización de la expresión “placeres culposos”. Las palabras fueron publicadas por primera

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vez en un periódico de Nueva York en 1860, para describir la actividad en un burdel. Se trataba de hombres haciendo algo que sabían estaba moralmente afuera de la norma. Más tarde, cuando se empezó a utilizar la expresión para describir músicas, películas y libros, las palabras describían algo que estaba culturalmente adentro. Llamar a una canción “placer culposo” significa tomar distancia, señalizar que la canción realmente no está incluida en tu gusto sofisticado, pero que podrías permitirte escucharla aún reconociendo que es una basura. Muchas veces es una expresión de elitismo y en algunas instancias de sexismo también. Cuando alguien va a poner canciones en una fiesta y define a las mismas definen como un “placer culposo”, posiblemente dichas canciones sean de artistas como Spice Girls, Britney Spears o una de las boybands de los noventa. Música pop para y por chicas jóvenes tradicionalmente ha sido considerada menos válida que música para chicos jóvenes. Es como que genera todavía más vergüenza escuchar ese tipo de música y, si se lo hace, tiene que ser nombrada como un “placer culposo”. Es una prueba anecdótica, pero no he visto tantas caras rojas poniendo Linkin Park, Eminem o Blink 182 en fiestas... Otro ejemplo es el álbum Guilt by Association que sacaron en Estados Unidos hace más que diez años. En el álbum hombres con barba y integridad rockera, como Devendra Banhart, Jim O’Rourke og Bonnie Prince Billy, hacen versiones de artistas pop, como Destinys Child, Spice Girls, Take That, Wham! y Mariah Carey. El nombre Guilt by Association da la impresión de que no está bien ser asociado a artistas que no tienen hombres “cis” como mayoría en sus grupos de fans, aún

cuando estos barbudos hagan al final mierda comercial… Cuando otro rockero, Ryan Adams, hizo una versión del álbum 1989 de la artista joven Taylor Swift, muchos críticos de música estuvieron impresionados. Uno escribió que Adams «took all the guilt out of the guilty pleasure»4. Antes no se podía escuchar a Taylor Swift sin tener vergüenza, pero ahora sí. Adams mostró la verdadera profundidad de sus canciones y abrió las orejas de los críticos a la calidad que tenía su música. Desde luego el mansplaining de la música de Swift ha sido denunciado por criticas feministas y tengo la sensación de que los hombres rockeros ya no pueden definir el standard musical como antes. Vamos para delante. Ahora podemos enfocarnos en los placeres culposos feministas. ¿Por qué estás canciones son lo peor?¿ Internalizamos sin querer el mensaje cuando cantamos estas letras? ¿No basta con saber lo malas que son? A mí me gustaría pensar que tenemos una piel más dura. No quiero decir que no debemos criticara letras machistas. Pero me gusta pensar que al escuchar estas letras podemos conocer al enemigo. Me gusta identificar lo que suena mal en ellas, tomar distancia de la mierda y, a la vez, divertirnos bailando.

1 Te daré a alguien a quien admirar / incluso puedes llamarme papi 2 Desde que dejé la ciudad tu / empezaste a usar menos y salias mas 3 Tono de llamada en silencio / y si se detiene, entonces podría ponerme violento 4 Se llevó toda la culpa del placer culpable

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UGLY GRRLS Cuando las feministas se encargan de la pista de baile De Ugly grrls.

Nuestro colectivo Ugly Grrls surgió en el año 2012 cuando invitamos al grupo electropunk “Mor” a tocar a Barrikaden, una escena underground de Oslo. El concierto fue organizado en solidaridad con la banda Pussy Riot de Rusia. Había muy pocas mujeres y personas queer en la escena underground de Oslo en aquel tiempo. Entonces creamos el colectivo Ugly Grrls como una reacción contra la falta de mujeres en la música y la vida nocturna. Queríamos ver más mujeres y personas queer tocando música, haciendo booking, controlando las palancas de audio y las consolas de DJ en nuestra ciudad. Antes de la creación del colectivo trabajábamos todas en Radiorakel, una radio feminista de Oslo. En la radio nos conocimos y en la radio aprendimos la importancia de ocupar espacio en la prensa y la esfera pública. En Radiorakel existe un principio que dice que al menos el 50% de la música tiene que ser trabajo de mujeres o personas queer. Sea la música o el contenido periodístico. Decidimos transferir este principio a los clubes y bares de nuestra ciudad.

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Ahora, siete años después de la creación del colectivo, Ugly Grrls está compuesto por 6 miembras, y tocamos regularmente en diferentes lugares en Oslo. Cada Ugly grrl tiene su propio estilo de música y lo único importante es que dicha música no

sea sexista, racista u opresiva. También mantenemos el principio de que al menos un cincuenta por ciento de las canciones sean hechas por mujeres o personas queer. Esto es importante porque queremos difundir perspectivas distintas a la de hombres cis. Queremos promover artistas con mensajes políticos contra la opresión, el patriarcado y el capitalismo. Pensamos que no hay una distinción entre la política y el club, y hay que llevar la conciencia política a la pista de baile. El nombre Ugly Grrls proviene del feminismo de los 90 que se originó en el movimiento riot grrrl del punk. Fue un movimiento de DIY y rebeldía. El movimiento permitió a las mujeres desafiar las normas e ideas acerca la feminidad mientras creaban música, arte y cultura en sus propios términos. Pensamos que la actitud de este movimiento es igual o aún más importante hoy en día, e intentamos continuar con este proyecto en nuestro colectivo. Desafiamos la competición y el individualismo en la música y queremos crear espacios de cooperación y respeto mutuo. Un espacio donde uno pueda ser como quiera, sin ser confrontado con prejuicios o discriminación. Por el contrario, creemos que debemos apoyarnos mutuamente y que la colectividad es muy importante. Ser mujer en una escena nocturna dominada por hombres presenta algunos retos. Hay que ocupar espacio y oponerse contra toda forma de sexismo. En

este mundo masculino nos tranquiliza y nos empodera trabajar juntas y apoyarnos unas a otras. Tenemos varias experiencias de sexismo, algunos sutiles como este hace poco tiempo. Fue la primera vez que una miembra del colectivo iba a tocar un “set” en un club. De repente un hombre desconocido entró detrás de los mezcladores. Sin introducción, sin explicación, empezó a cambiar los ajustes en el mezclador. La Ugly se quedó un poco desconcertada y preguntó al hombre que qué estaba haciendo. El respondió que había sido DJ durante décadas y que pensaba que sonaría mejor así y que ella lo apreciaría más tarde. Ella se quedó sin palabras. Esa forma de intromisión en nuestro trabajo es paternalista, sexista e innecesaria. La Ugly no lo apreciaba entonces y todavía no lo hace. En vez de ser instruidas por hombres ‘omniscientes’ queremos experimentar y aprender cosas por nuestra cuenta. Uglys en contra el desarrollo urbano neoliberal Durante los últimos años no solo hemos luchado contra una escena nocturna sexista sino que estamos luchando también por una escena nocturna libre de capitalismo. Desde el inicio de Ugly Grrls nuestra ciudad ha cambiado mucho. Las políticas urbanas favorecen cada vez más a las empresas

privadas y a la clase alta. Se están privatizando nuestros espacios públicos. Muchos de los lugares alternativos se han cerrado y los que quedan están en peligro de quiebra por las altísimas tasas de alquiler. La política neoliberal de desarrollo urbano hace que lugares independientes, no comerciales, no puedan sobrevivir. La oferta de vida nocturna en nuestra ciudad se ha vuelto aburrida, normativa y costosa. Por eso vemos aún más importante crear espacios feministas, alternativas no comerciales. ¿Hacemos una diferencia? Trabajar con música y, en nuestro caso, ser DJs nos empodera y da una sensación de libertad. Como DJ se puede formar una pista de baile según tus propias ideas, deseos y preferencias. Tener la oportunidad de promover la música de feministas, mujeres y artistas que nos inspiran y con los que nos podemos relacionar, es lo que nos motiva a seguir. De esta manera podemos decir que sí; Ugly Grrls está cambiando nuestras vidas. Además esperamos que nuestro proyecto pueda inspirar a otras mujeres que quieren entrar en la escena de la música. También nos gusta pensar que ofrecemos una buena alternativa en la escena nocturna de Oslo. Y quizá hacemos una pequeña diferencia en la vida de la gente que puede bailar con ritmos de música femenina tocada por un colectivo feminista.

Ilustración: Astrid Fadnes

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¿QUE DIABLOS? ¿SE REDISCUTE LA LEY DE ABORTO EN NORUEGA? Una carta de la brigada de solidaridad1 “Brigada Fósforos”, Pará, Brasil, 25.11.2018 «¡Sem feminismo, não há sosialismo!»; «¿Lo aceptamos? ¡No!» Esta es una de las consignas que hemos gritado hasta quedarnos roncas durante el otoño aquí en Brasil. Fue en las afueras de San Pablo, en la Escuela Nacional Florestán Fernandes (ENFF), del Movimiento Sin Tierra, que decidimos que nuestra brigada se llamaría “Brigada Fósforos” y que enfocaríamos nuestro trabajo en la unión entre la lucha de las mujeres y la lucha de clases. El nombre de la brigada recuerda a la primera huelga en Noruega, que acontenció en 1889 y fue realizada por mujeres operarias de dos fábricas de Oslo.Aquellas mujeres producían fósforos , recibían salarios miserables y padecían problemas de salud producto de los tóxicos que manipulaban las extensas jornadas de trabajo. La historia cuenta que durante la huelga, una de las trabajadoras llamada Anna subió a la tarima para animar a sus compañeras y gritó «¿Lo aceptamos?» Y sus compañeras respondieron con un fuerte: «No!». A pesar de que aquella huelga no logró ver cumplidas todas sus demandas, estableció un hito para las numerosas huelgas y luchas

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de trabajadores que que se desarrollarían en Noruega en los años venideros. En la ENFF formamos nuestra propia “mística”, una especie de teatro popular y político. Cuando discutimos cuál sería la idea central de la mística, no dudamos en decidirnos por la lucha de las mujeres en Noruega. Quisimos tener un abordaje histórico para así demostrar que muchas de las luchas que hoy se llevan adelante en América Latina y otras partes del mundo, están presentes en la historia noruega. Por ello, una de las luchas que visibilizamos fue la de las mujeres huelguistas de 1889. Otra fue la lucha por los derechos reproductivos de las mujeres. «La intensa lucha de las mujeres, conquistó el aborto libre en 1978», fue la frase que concluyó el texto que hicimos juntas y juntos, en portuñol, una mezcla de portugués y español, para que todas aquellas personas que participaban en los cursos en ENFF, nos comprendieran. Para que conocieran que también en Noruega hemos luchado las luchas que hoy en día se llevan a cabo en en otras latitudes. Y para que también supiesen que estábamos en Brasilpara solidarizarnos con la protesta, hombro con hombro, contra las fuerzas conservadoras que aniquilan la libertad de las mujeres. «Sem feminismo, não

1 Desde 1983 LAG Noruega ha colaborado con movimientos sociales en América Latina a través de la llamadas “Brigadas de solidaridad”. El fundamento es solidaridad, formación política y difusión de información. Hoy las brigadas de solidaridad se organiza entre el MST en Brasil, CUC y Conavigua en Guatemala, CNA en Colombia y LAG en Noruega.

há sosialismo», gritamos. “¿Qué diablos? ¿Rediscuten la ley de aborto en Noruega?». Quedamos en shock. Partes significativas de nuestro trabajo de divulgación había enfocado en las exclamaciones de odio de Bolsonaro hacia, entre otros destinatarios, las mujeres. También prestamos atención a cómo ese hombre, Bolsonaro, se había aproximado a un sector de la sociedad para ganar el voto de los electores evangélicos. Gritamos en las manifestaciones, subimos imágenes de #EleNão al Instagram, y escribimos artículos sobre cuán oscuro sería el futuro para el pueblo marginalizado si Bolsonaro era electo presidente de Brasil. Y de repente nos encontramos con una conexión de internet inestable, pero con suficiente señal para constatar que la lucha feminista se hacía necesaria en Noruega. Aquella misma lucha que creíamos haber concluido en los 70s. Leíamos que el gobierno mega-conservador noruego se atrevía a atacar derechos conquistados en el siglo pasado. Fue difícil de comprender. Después del primer shock, la frustración y la rabia, decidimos usar nuestra fuerza para decir

claro en las redes sociales. ¡Nunca más agujas de tejer! Tanto en Noruega como en América Latina las mujeres tenemos que luchar para sacar a la política y la religión de nuestros úteros. La brigada se solidarizó con quienes protestaron en Noruega contra la restricción de la ley del aborto, y con todas las mujeres que luchan por el derecho de decidir sobre su cuerpo y vida. ¡Poder cristiano es desprecio a las mujeres! Hombres de arriba, ¡no toquen la ley.

Ilustración: Mari Kjøll

El crecimiento de las fuerzas conservadoras del que hoy somos testigos, es un fenómeno mundial exactamente como el colonialismo, imperialismo y fascismo. En un extremo del planeta tierra, Bolsonaro se atreve a decir que fue una tragedia tener a una hija, mientras en el otro extremo del mismo mundo la primera ministra noruega, Erna Solberg, manipula la ley del aborto y la libre determinación de las mujeres sobre sus cuerpos al compás de un juego de poder político. Por eso, camaradas, tenemos que estar juntos y juntas en la solidaridad internacional que transgrede toda frontera. Tenemos que arremangarnos, pintar las mantas y no dejar que pasen con su política misógina y marginalizadora. ¡No, definitivamente no, jamás lo aceptaremos!”

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AHORA QUE SÍ NOS VEN ¿SOMOS BLANCO FÁCIL? Lucía Reartes, Militante del Movimiento Popular Patria Grande de Argentina.

En los últimos años Argentina vivió un acelerado proceso de crecimiento del movimiento feminista que, por su profundidad y por su magnitud, fue categorizado como una “cuarta ola feminista”. El efecto contagio/potenciación que provocó en diversos países de América Latina, así como también en otras latitudes, se dio con una virulencia tal, que a poco tiempo de haberse iniciado, puso en cuestión numerosos privilegios y sentidos comunes sedimentados en las instituciones imaginarias de la sociedad: el paro internacional de mujeres, con la consigna “nosotras movemos al mundo, nosotras lo paramos”; la mundialización de la marcha “Ni Una Menos”, que visibilizó al femicidio como categoría política pero también jurídica; la lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito con la masificación del pañuelo verde, entre otras, marcaron definitivamente un quiebre transversal que transformó y transforma el orden de lo dado, tanto en el plano subjetivo como en el macrosocial.

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Sin embargo, a sólo tres años de iniciada esta revolución feminista, comienza a evidenciarse una fuerte contraofensiva de carácter machista, misógina, LGBTfóbica, que no se encuentra circunscripta a Argentina sino que se expande por todo el continente. Y si bien su expresión más acabada se expresa en la figura de Bolsonaro, en Brasil, esta reacción conservadora amenaza con barrer algunos consensos previos a esta cuarta ola feminista. Esta contraofensiva nos lleva a preguntarnos

¿el movimiento feminista se encuentra en una etapa ofensiva o defensiva? y consecuentemente ¿tenemos que preparar al movimiento feminista para defender lo conquistado o tenemos que proponernos el avance hacia nuevos horizontes? En el siguiente artículo intentaremos poner en común un sinnúmero de dudas y muy pocas certezas, en la tarea de repensar el rol del movimiento feminista y los movimientos populares. ¿Somos blanco fácil? Hace unos días se conoció la noticia de que dos jóvenes, Tomás Rodríguez y Joaquín Guevara, fueron echados de una pizzería en Palermo (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) por besarse. El encargado del restaurante junto a dos mozos, no contentos únicamente con la expulsión, siguieron a los jóvenes, los amedrentaron, insultaron y golpearon en la vía pública por varias cuadras. Durante todo el episodio, una masa de espectadores los siguió con la mirada, algo incómodxs, algo indiferentes.. Este episodio no es novedoso ni se presenta como un caso aislado. Las disidencias sufren a diario discriminación, violencia social y sobre todo, indiferencia. Dos pibas expulsadas de una parrilla en La Plata por besarse y dos pibas expulsadas en Recoleta por lo mismo. Otro tanto ocurre con el odio a las mujeres: femicidio en Punta Lara, cuádruple femicidio en La Plata, femicidio, en el Norte y en Sur, femicidio y femicidio. Según numerosos informes, en Argentina muere una

mujer cada 18 horas. Esta situación no es nueva. La violencia, la homofobia y el machismo, como dispositivos sociales de control y reproducción del sistema patriarcal, son incluso más viejos que el capitalismo. Lo que es nuevo, luego del 2015, es la visibilización y la problematización de estos fenómenos que otrora formaban parte del paisaje natural. El escrache público, la movilización permanente, la mediatización, el impulso de nuevas legislaciones, la sororidad, los Encuentros de Mujeres, el lanzamiento de campañas nacionales, son algunas de las herramientas que el movimiento feminista ha desplegado como trincheras, en esta guerra contra el patriarcado. Pero existe algo novedoso en la violencia: a pocos años de iniciada esta cuarta ola feminista, asistimos a una fuerte contraofensiva misógina y homofóbica, que se ha entroncado con los peores núcleos

del sentido común: el racismo, el elitismo y la meritocracia. En un contexto de transformaciones globales, en donde el mismo sistema mundo es puesto en cuestión por las numerosas crisis y la emergencia de grandes potencias que se disputan la hegemonía mundial, ciertamente asistimos a una crisis de valores y del “mundo de la vida”. En la búsqueda de respuestas, lamentablemente las derechas neoliberales, racistas y patriarcales han comenzado a dar respuestas a los grandes contingentes sociales: con propuestas antisistema pero con una fuerte promesa de orden que brinde estabilidad a ciertos sectores sociales. «El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos», señala Gramsci. Sin duda, enfrentamos una proceso de exacerbación conservadora en la región, que amenaza

Foto: Tuane Fernandes/Farpa.

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con retrotraernos a la Edad Media: las campañas en contra de la Educación Sexual en los colegios, en contra de los métodos anticonceptivos y del matrimonio igualitario, las movilizaciones masivas en contra del aborto y la violencia callejera ejercida contra toda disidencia, son algunas de las manifestaciones organizadas que han brotado en los últimos tiempos y que han encontrado gran encarnadura social. Las iglesias evangélicas, las viejas oligarquías y el poder militar, actores que entendíamos como obsoletos, se presentan como articuladores y como correas de transmisión de estos discursos. Sin duda, 2018 se presenta como un año de enorme polarización social: radicalización conservadora por un lado, ascenso del movimiento feminista y la lucha

callejera por el otro. En este contexto, nos preguntamos ¿qué debe hacer el movimiento feminista? ¿apostar a una mayor polarización o intentar soldar la brecha creada? Nosotras revolución La única certeza que tenemos, es que vivimos un momento convulsionado, de despiste colectivo. Es decir, la certeza es la no certeza, la incertidumbre a cada paso. Sin embargo, si tuviéramos que arriesgar cómo caminar en el piso barroso, las feministas nunca daríamos un paso atrás: «para atrás, ni para tomar impulso». Tal vez somos blanco fácil de esta contraofensiva conservadora. Pero por lo menos, ahora no se nos niega la existencia. La revolución que iniciamos no le permite a nadie mirar el mundo con los mismo lentes

que ayer: ahora que si nos ven, existimos. Pero este no es más que nuestro nuevo punto de partida en pos de la construcción de un mundo en donde seamos «socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres», como señala Rosa Luxemburgo. Esa búsqueda es la que nos impide quedarnos con lo que tenemos y conformarnos con lo alcanzado. Nosotras llegamos para cambiarlo todo, porque en el mundo en el que vivimos, no hay lugar para nosotras. Por eso, a la contrarrevolución conservadora le decimos: nosotras revolución. Y en la agudización del conflicto social, es más que importante redoblar la apuesta por un feminismo popular, que interpele a todas las sujetas oprimidas y se constituya como un feminismo de mayorías. Porque la polarización

real no es entre dos gigantes sordos, sino entre una minoría privilegiada, patriarcal y racista que busca conservar sus privilegios y una inmensa mayoría popular que ya no soporta la crisis humanitaria actual. Nuestra tarea debe ser la de crear los canales necesarios para construir una identificación de lxs oprimidxs, la sororidad entre compañeras, la solidaridad entre lxs subalternxs. Pero además de esta tarea, hoy más que nunca se vuelve fundamental la construcción de alternativas civilizatorias, que permitan canalizar la crisis que afronta el sistema en una propuesta emancipadora para nuestros pueblos. Nosotras revolución debe ser la búsqueda por canalizar todo ese descontento que sufre nuestro pueblo y transformarlo en un proyecto alternativo. En esta búsqueda nos encontramos.

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AS MULHERES SEM-TERRA E A LUTA CAMPONESA Andrea Francine Batista, educadora voluntária da Escola Nacional Florestan Fernandes, Brasil Foto: MST.

Quase completando 35 anos de existência, o Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (Brasil), carrega consigo desafios que em grande medida são desafios deste tempo histórico em que vivemos. Suas bandeiras de luta pela terra, pela Reforma Agrária e pela transformação das estruturais sociais, que são hasteadas desde antes mesmo de sua fundação no ano de 1984 e que marcam a sua constituição, ainda continuam vigentes, mesmo que muitas mudanças na configuração do capital no campo tenham ocorrido. Entre os tantos desafios mencionamos aqui neste espaço o da participação políticoeconômica de mulheres na luta pela terra e nos espaços de decisão deste movimento. A desigualdade de gênero, mais que um desafio abstrato, muito concreto por sinal já percorreu uma larga trajetória de aprendizagens e de avanços significativos. Mesmo que participação feminina sempre esteve presente na construção orgânica deste movimento, foram vários os passos para que estivessem presentes em suas instâncias de decisão, e ainda são muitos os passos a serem dados para que esta participação se efetive em sua plenitude.

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As Mulheres Sem Terra, assim como tantas trabalhadoras neste mundo, carregam em seu

corpo as marcas milenares da opressão de uma sociedade de classes e patriarcal que assola tantas trabalhadoras neste mundo. Mas, ao mesmo tempo, carregam seu corpo por inteiro na luta. E foi sua trajetória e presença nos confrontos mais amplos da luta pela terra e do próprio cotidiano que se forja sua consciência. É possível identificar algumas fases ou momentos na construção da participação da mulher sem terra na luta político econômica, seus avanços e desafios. Abaixo, expomos de maneira breve alguns elementos que dimensionam tamanha tarefa realizada por companheiras que se desafiaram e desafiaram outras mulheres à colocar seu corpo por inteiro nas fileiras da luta de classes no campo. Sem Mulher a Luta vai Pela Metade O primeiro momento é traçado desde os primeiros passos do próprio Movimento Sem Terra que mesmo antes de sua fundação no ano de 1984. As poucas mulheres que se envolviam na luta buscavam construir ações que visibilizassem e reconhecessem a importância da presença feminina na luta pela terra e pela Reforma Agrária. Entre as ações, encontravamse: o incentivo à participação das mulheres nas ocupações acampamentos e nos cursos de formação promovidos pelo movimento;

organização de grupos de mulheres na base; a luta por direitos e o estímulo à articulação e organização das mulheres sem terras junto a companheiras de outras organizações da classe trabalhadora.

da Ciranda Infantil que tem como objetivo desenvolver atividades sócio-educativas com filhos e filhas de mulheres e homens militantes que participam de cursos, reuniões, congressos, e etc.

Entretanto, dificilmente eram incentivadas a participar de instancias de direção do movimento. Como exemplo, citamos que a primeira coordenação nacional contava com apenas duas (2) companheiras dentre seus 20 membros. No primeiro Congresso Nacional do MST no ano de 1985, ocorre a I Assembleia das Mulheres Sem Terra. Participaram cerca de 30% de mulheres como delegadas, mas não representavam a participação em instancias.

Um período também em que se intensifica o estudo sobre o tema de gênero, que já se tornava uma categoria chave para estas mulheres, e tornava- se centralidade no debate. Impulsionar ações que visibilizassem a desigualdade de gênero era fundamental, e foi assim que o Coletivo de Mulheres do MST propõe a criação do Setor de Gênero decorrente de um acumulo de debate.

Levantando uma espécie de consigna “Sem mulher a luta vai pela metade”, as companheiras intensificaram o trabalho de base e organizaram Encontros de Mulheres Sem Terra onde se discutiam temas como gênero, poder, opressão, assim como os desafios de sua participação em vários espaços constituídos do Movimento. Foi organizado também o I Encontro de Mulheres Trabalhadoras Rurais Sem Terras e sindicalistas e consolidado a página da Mulher no Jornal Sem Terra veiculando notícias em especial de sua participação nas lutas realizadas. O incentivo à participação das mulheres na produção e na cooperação agrícola; o resgate do 8 de março como dia mundial de luta das mulheres; e a presença feminina na articulação com outros movimentos sociais do campo, nacional e internacional, também foram focos das ações neste período até meados da década de 1990. Desigualdade de Gênero e a construção de novas relações de poder A busca pelo fortalecimento da organização interna das mulheres e o tensionamento para a participação das mulheres nas instancias de decisão ocorre com maior intensidade a partir da audaciosa proposição de 50% de mulheres em direções e todos os espaços de decisão. A proposição ocorre por ocasião do Congresso CLOC (Coordenadora Latino-americana de Organizações do Campo)- hoje organização regional da Via Campesina na América Latina, que ocorria no Brasil no ano de 1997. Neste Congresso ocorre uma grande assembleia de mulheres que aponta como parte das lutas para o próximo período a participação paritária de gênero. Este é um período também que as mulheres sem-terra buscam construir condições objetivas para que mais companheiras se somem à essa tarefa. Uma delas é a construção

O ano é 2000, e durante o Encontro Nacional do MST, num ambiente de reestruturação organizativa do MST como um todo, além da criação do setor de gênero, se aprovam as linhas políticas deste novo setor. Como setor, pretendia-se que o debate de gênero se enraizasse em todos os espaços de discussão do MST, sendo assim um tema organicamente articulado com os desafios da participação das mulheres. Sem a participação igualitária das mulheres não há socialismo No período de 2002 a 2009 intensificam-se as lutas das mulheres contra o capital, o agronegócio. As lutas do 8 de março foram realizadas através de ocupações de latifúndios de produção de celulose, de cana, entre outros produtos e questionavam o monocultivo e seus problemas ambientais, a monocultura e suas limitações na produção de uma real soberania alimentar. Impulsionaram campanhas de combate à violência doméstica, da documentação da mulher trabalhadora rural, e da recuperação das sementes como patrimônio da humanidade. Essas ações as colocam como protagonistas de um novo período histórico na luta de classes no campo. É também neste período, precisamente em 2005, que ocorre a aprovação da paridade de gênero na Direção Nacional. Momento também que marca maior aproximação das mulheres sem terra com as discussões em torno do tema do feminismo e suas possíveis articulações com um movimento camponês. A nova forma organizativa constituída recentemente possibilitou diante de muitos tensionamentos a participação concreta das mulheres em espaços de decisão, era necessário entretanto, qualificar esta participação. Elas, que pouco participavam no período anterior de processos de formação e como dirigentes de ações e lutas, precisavam estar munidas de conhecimento, de argumentos para o debate e decisões. Iniciamse, portanto os processos de formação sobre

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discutir questões referentes ao papel que cabe ao homem na sociedade capitalista. Uma experiência importante que carregou olhares desconfiados, mãos nervosas, e sorrisos sinceros na medida em que se evidenciavam as contradições. A palavra de ordem “Sem Feminismo não há Socialismo” mergulhada nas ações deste último período resulta na atual “conspiração dos gêneros”1 que carrega novos e velhos desafios. Velhos, porque mesmo depois de tantos avanços ainda é presente a opressão de gênero, ainda há violência contra a mulher, ainda há desqualificação da atuação a mulher militante, não somente no Movimento Sem Terra, mas em organizações da esquerda como um todo. Novos, porque é urgente neste momento histórico avançarmos na construção de alternativa social que supere o sistema capitalista e todas as suas consequências, alternativa esta que em se tratando da emancipação humana, deve levar em seu gérmen questões que abalam a estrutura dominante desta sociedade, entre elas a luta feminista e da identidade de gênero. Foto: MST.

de mulheres dirigentes, lideranças feministas no Curso de Feminismo e Marxismo, buscando discutir de maneira mais aprofundada temas como socialismo, o trabalho doméstico na reprodução do sistema capitalista, a especificidade do trabalho doméstico no campo, temas da Teoria da Organização, entre outros. Sem Feminismo não há Socialismo Depois de 18 anos que as linhas políticas do setor de gênero ser criadas, estes são revisitados no intuito de atualiza-los e resignificá-los a partir das mudanças históricas ocorridas neste processo e que conduziram suas lutas para outros novos desafios. Recentemente as mulheres do MST realizaram um balanço de suas ações na história do movimento, que apontaram a constatação de que na última década houve um recuo de sua participação. Dos motivos, vários, sejam eles externos ou internos. Era, portanto, retomar o trabalho de base com as mulheres, agora sobre um novo patamar – a de que a participação igualitária das mulheres nas lutas e espaços de direção, suas batalhas

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contra a desigualdade de gênero no interior da organização social a que participam e na sociedade como um todo, exigia agora evidenciar com mais força o caráter socialista da luta pela terra. Mesmo com a constatação dolorosa da diminuição da participação das mulheres do MST, é importante mencionar que paralelamente houve avanço na articulação internacional das mulheres no âmbito da CLOC –VC; houve reflexões profundas sobre o feminismo e a luta camponesa, e a incorporação do debate dos sujeitos LGBTs do campo dentro do Setor de Gênero. Este último não se deu por acaso, mas fruto de um avanço de sua organização no interior do movimento para provocar e realizar os debates pertinentes. Paralelamente, alguns companheiros, compreendendo a importância do debate sobre o feminismo na atualidade tiveram a iniciativa de realizar durante os espaços nacionais as assembleias de homens sem terra. O objetivo era justamente sensibilizar ao debate, e

As novas linhas do setor de gênero do MST abarcam quatro (4) dimensões. A primeira delas é a dimensão político organizativa, reafirmando que a forma da organização deve possibilitar as condições objetivas da participação da mulher e dos sujeitos LGBTs nos espaços de direção e e todos as instancias organizativas. A segunda é a dimensão cultural que aponta a necessidade de combater todas as formas de patriarcado e racismo como pilares que mantém os processos de dominação, compreender a questão da liberdade sexual e assegurar que a diversidade sexual tenha espaço. A terceira é a dimensão econômica, que indica que o cadastro e documento de concessão de uso da terra estejam em nome da mulher ou do casal, assim como que seja viabilizado o uso do nome social dos sujeitos LGBTs. Também que possam participar e decidir sobre políticas publicas; em sua participação na construção das linhas e planejamento da produção, assim como sua participação na condução política de cooperativas,

associações, agroindústrias. Reconhecer também a fundamental importância do trabalho da mulher na produção agroecológica e na Soberania Alimentar. A última e não menos importante dimensão, é a subjetiva que busca combater a naturalização dos papeis sociais da sociedade patriarcal e toda a forma de violência. Feminismo Camponês e Popular Como parte do acúmulo da luta das mulheres nas organizações sociais do campo que participam da CLOC- VC, recentemente se iniciou o debate do feminismo camponês e popular. Este parte da concepção fundante do feminismo socialista, revolucionário, mas busca articular esta discussão com a especificidade das mulheres camponesas, indígenas e afro-descendentes. Em tempos de crise estrutural, o capital avança no campo em busca de novas fontes de matéria-prima recursos naturais para exploração e de reconfiguração de novas formas de exploração. A mulher camponesa, e ainda, a mulher negra camponesa ou indígena, são atingidas por uma interface de várias dimensões da opressão, a de classe, raça, gênero, e ainda pela dicotomia campo e cidade. Condição objetiva essa que a fazem vivenciar diariamente tensões que são singulares à estrutura de dominação de classe. Neste tempo histórico, o problema da terra, da Reforma Agrária, só avançará circunscrito diretamente na luta pela transformação das estruturas sociais vigentes. Nas condições objetivas em que subsistem as classes sociais do campo, tocar no problema da terra é sacudir alguns dos pilares que o capitalismo na atualidade se desenvolve – a produção de commodities e a expropriação de recursos naturais chaves como os minérios, e a água. E nesse caso, para uma transformação destas estruturas, a luta necessita que a estratégia contemple as diferentes raízes que sustentam a sociedade de classes, entre elas o patriarcado. Não apenas como um tema paralelo aos distintos dilemas da construção de uma nova sociedade, mas intrínseco à sua construção. Portanto a vigência da consigna: Sem feminismo não há Socialismo!

1 Título do Caderno de Formação do Setor de Gênero publicado este ano de 2018 (Conspiração dos gêneros: elementos para o trabalho de base), que escrito por muitas mãos retrata pura e simplesmente a poesia das perspectivas futuras.

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O LEGADO DAS MULHERES DA REVOLUÇÃO RUSSA PARA AS MULHERES SEM TERRA A Revolução Russa é um marco na história dos trabalhadores de todo o mundo. Produziu ideias em seu tempo histórico, porém, não podem apenas transpô-las para nossa realidade. Mas, é inegável a importância e a atualidade dos ideais desta revolução sobre a questão da mulher e a emancipação feminina. Simoni Sagaz, Licenciada em História, compõem a direção do Instituto de Educação Josué de Castro, feminista e Sem Terra, Brasil.

Para as mulheres nenhuma outra revolução tomou medidas tão profundas como a revolução soviética. Questionou a família patriarcal, o casamento, propôs leis e políticas em relação à socialização do trabalho doméstico, ao aborto, do direito da mulher ao acesso a terra, a emprego, a educação, e buscou com todas as contradições existentes, discutir e construir a emancipação da mulher. A questão da emancipação feminina soviética colocou-nos a possibilidade de repensar a família, os direitos, a educação dos filhos, o trabalho doméstico, de construir novas relações de amor e questionou ideias e “valores” da época. Dos processos revolucionários, muitas vezes, lembramos dos nomes de grandes homens como Lenin na Rússia, mas é urgente afirmar o protagonismo das mulheres e a importância que estas tiveram na luta de classes. Recuperar o legado das revolucionárias Russas nos serve como inspiração. Alexandra Kolontay, Nadja Krupskaia, Inessa Armand, Olga Chapír, Yelena Stassova, entre tantas outras, que foram organizadoras, propagandistas e construtoras de uma outra sociedade. Trabalhavam, estudavam, elaboravam, discutiam e enfrentavam os problemas reais do seu período histórico, participaram de uma revolução socialista e nos mostraram que é possível e necessário, enfrentar e romper a opressão de gênero e as relações de exploração, enraizadas na sociedade capitalista patriarcal. A emancipação das mulheres é possível!

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Segundo Krupskaia, a emancipação das mulheres esta intrinsicamente ligada à emancipação da classe, e é preciso romper com todas as formas de exploração das mulheres. Para entender a exploração é preciso, ainda segundo Krupskaia, entender as razões econômicas existentes. A emancipação da mulher não está nas leis apenas (mas estas também podem contribuir), está nas relações de produção, na abolição da propriedade privada. Emancipar as mulheres em relação as questões econômicas, ao direito de acesso a terra, ao acesso ao trabalho, a salários justos, a igualdade. Emancipar as mulheres com direitos de participação efetiva, não apenas nas “tarefas de agitação”, mas na direção coletiva do processo revolucionário em curso. Muitos destes debates são bastante atuais, e as análises de autoras daquele momento histórico nos ajudam a pensar a construção da emancipação feminina neste período. A emancipação social enfrentou o conservadorismo e as opressões resultantes da antiga sociedade capitalista, enfrentou a questão das necessidades de socialização do trabalho doméstico, que ainda hoje as mulheres cumprem a tripla jornada de trabalho, do direito ao aborto, do direito ao divórcio, do acesso a terra para as camponesas, de melhores condições de vida para as mulheres, entre tantas outras questões. As pautas e leis construídas na Revolução Russa sobre a emancipação feminina é uma das mais progressistas que conhecemos, mas enfrentará também as inúmeras contradições entre os ideais socialistas

de construir a emancipação e a realidade da Rússia. A revolução enfrentou a dura realidade vivida na Rússia que contrapunha os belos ideais capitalistas, o código na família foi revolucionário, mas teve limites em sua implementação. Era preciso muitos anos de luta para alterar as históricas relações opressivas e patriarcais. Em 1930 na era Stalinista houve retrocessos que descaracterizaram inclusive as lutas anteriores, por exemplo, a retomada da família tradicional. As mulheres estiveram presentes na revolução de 1917! Esta afirmação é importante para dar visibilidade ao protagonismo e ao legado feminino. O dia 08 de março1 de 1917 demarca o inicio de uma revolução. As mulheres naquele momento reivindicavam pão e paz. Dizer que foi uma greve espontânea diminuiu a importância do acontecimento, pois foi através dela que se desencadeou o processo revolucionário. A greve é resultado das péssimas condições de trabalho, da falta de pão, da extenuante exploração capitalista sobre o trabalho feminino, é resultado das agitações que as mulheres faziam entre as operárias. Não bastava celebrar o dia da mulher com comícios e debates, era preciso enfrentar as raízes desta exploração, e as mulheres enfrentaram corajosamente o czarismo. Desde então a comemoração do dia internacional da mulher ganha novos contornos e influenciará as mulheres de todo o mundo. Para as mulheres do Movimento Sem Terra o “08 de março” é dia de luta, de enfrentamento e denuncia contra o capital financeiro no campo representado pelas empresas transnacionais, é um tempo marcado de luta contra o capital. Nas lutas do 08 de março, protegidas apenas com lenços no rosto, as mulheres Sem Terra representam a resistência na luta pela terra e de construção da Reforma Agrária Popular, com a produção de alimentos saudáveis e livres de agrotóxicos, no cuidado do ser humano e da natureza, na democratização das terras, contrapondo o modelo do agronegócio que explora os bens da natureza e expulsa o camponês de suas terras com o objetivo de obtenção de mais lucros na re-concentração e mercantilização da terra e da biodiversidade. As mulheres do Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra foram construindo simultaneamente ao longo da trajetória um processo de participação e inserção política, fruto dos embates travados pelas próprias mulheres que lutam cotidianamente pela emancipação feminina nesta sociedade 1 Respectivo a 23 de fevereiro pelo calendário Russo.

capitalista e patriarcal, com a convicção de que a emancipação das mulheres só será possível com a emancipação da classe trabalhadora, conforme já afirmava Alexandra Kolontai no processo revolucionário russo. A atualidade da nossa luta pela emancipação feminina enfrenta os desafios internos de nossa organização, mas principalmente enfrenta uma sociedade capitalista, patriarcal e machista, que naturaliza a opressão e a violência contra as mulheres, que são as mais atingidas, demarcadas pela pobreza e pelas mazelas deste sistema. A conquista de direitos para as mulheres é pauta permanente. As mulheres continuam sendo exploradas no trabalho, com salários menores que os homens, há retrocessos de direitos que historicamente haviam sido conquistados. Alguns dos direitos como o divórcio por exemplo, é mais difícil nas camadas pobres e conservadoras, não somente por questões morais de influencia religiosa, mas, por dilemas parecidos com os que Kolontay e Krupskaia identificavam na Rússia - a questão econômica - pois afinal quem proverá o sustento? O aborto é um tabu e continua matando mulheres. Temas como a educação dos filhos e o trabalho doméstico são ainda tarefas femininas nesta sociedade capitalista. Para as mulheres do MST, construir a participação e protagonismo é liberta-se de antigas opressões, mas é também enfrentar na luta de classe, a luta contra o patriarcado, o machismo, os preconceitos, a homofobia, a violência, o racismo e construir uma nova possibilidade de participação das mulheres nas instâncias de direção, nos cursos, na tomada de decisão, na produção, na gestão econômica e no conjunto da organização. O Movimento Sem Terra tem em seus objetivos a luta pela terra, pela transformação social e a construção de uma sociedade sem exploradores e sem explorados. Visa construir novos valores, luta por justiça social e igualdade de direitos, combate todas as formas de discriminação social e busca garantir a participação das mulheres de forma igualitária. Nestes trinta e quatro anos de história, as mulheres foram discutindo, lutando e construindo o seu protagonismo e história de luta no campo, rompendo com a submissão feminina na organicidade do Movimento e construindo novas relações humanas na busca constante da transformação da sociedade! Sem Feminismo, não há Socialismo!

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HOMENS QUE ODEIAM AS MULHERES. #Elenäo Larissa Avelar, ação democracia no Brasil (Adib) e iniciadora #EleNão Noruega

A hashtag #elenão apareceu no feed do Facebook logo nas primeiras horas da manhã do outono. Uma amiga havia me adicionado ao grupo do Facebook: ”Mulheres unidas contra o Bolsonaro”. Jair Bolsonaro, o candidato à presidência no Brasil em outubro de 2018, separa as mulheres em duas categorias: aquelas que merecem ser estupradas e as que não merecem. Não era de surpreender que o grupo do Facebook já contava com 40.000 mulheres. Duas semanas depois, o número subiu para três milhões de membros. E então o grupo foi hackeado. As contas de e-mail e WhatsApp das administradoras do grupo foram invadidas e o nome do grupo mudou para: ”Mulheres com Bolsonaro”. Assim nasceu o maior movimento de mulheres no Brasil. Entretanto, esta é apenas uma maneira de ver o fenômeno. A outra trata-se da cultura machista. É esta cultura que dá legitimidade a Bolsonaro para dizer que as mulheres devem ganhar menos do que os homens porque elas engravidam. A cultura machista está viva em todo o mundo, mas em alguns lugares ela é pior que em outros. Aumento da violência Segundo a Organização Mundial da Saúde, em uma publicação de agosto de 2018, o Brasil ocupa o quinto lugar quando se trata de feminicídio - ”assassinato de mulheres”. A situação se torna ainda mais assustadora quando se trata das mulheres negras. Nos últimos 10 anos, os assassinatos das negras aumentaram em 15,4%, enquanto o assassinato de mulheres brancas caiu 8%. O estupro aumentou em 8,4% de 2017 a 2018.

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Os números são sombrios, mas também há uma explicação. Diferentemente de 30 anos atrás, as mulheres começaram a denunciar. Isto teve início já em 1988, com a transição da ditadura para a democracia. Naquela época, grupos de direitos humanos tiveram um papel importante na redação da Constituição, e foram esses grupos que garantiram que o Brasil mantivesse... bem, direitos humanos. Um bom exemplo é o Geledés, Instituto da

Mulher Negra, um instituto feminista fundado em 1988 e hoje uma das mais respeitadas organizações que trabalham com questões de racismo e gênero. Desde a transição para a democracia, mais e mais movimentos de mulheres surgiram, e muitos dos coletivos abrangem os grupos mais vulneráveis de mulheres, como mulheres trans e mulheres negras. Isso significa que a cada dia mais e mais mulheres se sentem fortes o suficiente para denunciar assédio, ameaças, estupros - em suma, todos os tipos de violência contra as mulheres que a cultura machista nossa de cada dia nos oferece. Não uma onda de conservadorismo, mas um mar de machismo A denúncia é um ato revolucionário em si mesmo quando somos ensinadas a nos calarmos. Os números acima não refletem um aumento nos crimes, mas um aumento das denúncias. São mulheres que não têm medo de chamar um agressor de estuprador. São mulheres que alocam a culpa a quem é culpado: os agressores e não as vítimas. São mulheres que se atrevem a reivindicar os assentos reservados aos homens na política e nos negócios. O resultado natural desses movimentos é uma forte reação dos conservadores que querem que as mulheres retornem à cozinha. O resultado natural é que uma figura como Bolsonaro seja elevada à posição de poder. Bolsonaro e seus apoiadores não representam uma onda de conservadorismo. Não, eles sempre estiveram lá - em um mar de machismo. Um mar que estava calmo porque não havia motivos para movimento. O machismo sempre ditou as regras do jogo. Se agora os machistas se erguem como um tsunami, é porque as mulheres fizeram algo certo quando se trata da luta das mulheres. Estratégia falha O movimento #elenão é um protesto, mas também uma defesa do progresso já alcançado. As mulheres devem continuar a ser atores políticos ativos. Como tudo mais no Brasil, a política é caracterizada pela cultura machista. A ex-presidenta Dilma Rousseff foi muitas vezes ridicularizada por suas roupas

e a presidenciável em 2018 Marina Silva ouviu que ela não tinha o cabelo correto para ser presidente. Exemplos ainda piores são adesivos de carro que retratavam a então presidenta Dilma com as pernas abertas, e no meio a entrada da bomba de gasolina. A norma é uma sub-representação categórica das mulheres em todas as esferas onde as decisões são tomadas. Basta olhar para as estatísticas sobre as mulheres no Congresso, no Senado e no Tribunal. Ainda assim, as mulheres estão lá - e este número está crescendo. O assassinato da ativista política, feminista e defensora dos direitos humanos, Marielle Franco, em 15 de março deste ano, foi como gasolina na fogueira para o movimento feminista. A intenção do assassinato de Marielle era calar as mulheres. Foi um aviso, mas a estratégia falhou. O #elenão aumentou o ativismo e o engajamento feminino no debate político. Isso não é algo para ser subestimado em um contexto onde o ódio às mulheres é uma parte latente das estruturas. Solidariedade internacional – e luta! Quando se trada das mulheres na Noruega, não queremos apenas mostrar solidariedade aos nossos parentes e amigos no Brasil, mas também desejamos compartilhar nossas experiências de um país onde os direitos das mulheres estão protegidos por boas políticas públicas - e essa proteção está atrelada a uma eterna vigilância. Porque mesmo nos países que têm os melhores indicadores quando o assunto é igualdade de gêneros, a cultura

machista também está presente. Todas as mulheres brasileiras fora do Brasil estão bem familiarizadas com o estereótipo da ”mulher sexy brasileira”. A luta contra os estereótipos e o tratamento dos migrantes faz parte da nossa luta. À primeira vista o #elenão pode parecer um movimento brasileiro, mas o fato de que esse grande movimento ganhou apoio fora do Brasil diz algo mais. É claro que o apoio se trata solidariedade, mas em todo o mundo vemos forças conservadoras usando as mulheres, a migração e a orientação sexual como cartas de negociação no caminho para a posição de quem está no poder. Nos Estados Unidos, sob o comando de Trump, as pessoas transexuais arriscaram perder seu direito de se chamarem de pessoas transgênero. Na Noruega, as mulheres marcharam para preservar a atual lei do aborto. As proporções são diferentes do que acontece no Brasil, mas esses dois exemplos derivam das mesmas raízes conservadoras. Após o hackeamento do grupo do #elenão, o movimento saiu da web e ganhou as ruas. As manifestações foram realizadas em 25 países. A icônica canção ”Bella Ciao”, um símbolo da luta contra o fascismo italiano, recebeu um novo texto dizendo: ”Uma manhã eu acordei e ecoava ‘ele não’”. Hoje, ”ele não” significa mais do que “Bolsonaro: não”. Significa um não à cultura machista, um não aos homens que odeiam as mulheres e um retumbante sim ao movimento unificado das mulheres.

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PRECISAMOS FALAR DO

ASSÉDIO Paula Sacchetta, documentarista, Brasil

Era fim do ano de 2015 e um programa de culinária conhecido no mundo todo, o MasterChef, lançou sua versão infantil no Brasil. Era noite de estreia, muitas televisões estavam sintonizadas no programa. Crianças de 9 a 12 anos competiam fazendo os pratos e sobremesas mais incríveis. Mal havia começado e o nome de uma das garotas na competição foi parar nos trending topics do Twitter. Valentina tinha apenas 12 anos e os comentários eram os mais absurdos: «Sobre essa Valentina: se tiver consentimento é pedofilia?», «Se ela quiser não é pedofilia, é amor», «Vai virar aquelas secretárias de filme pornô», entre muitos outros que não merecem ser repetidos aqui.

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A resposta não tardou. Já no dia seguinte, o coletivo feminista Think Olga lançou a

hashtag #meuprimeiroassédio, encorajando mulheres a contarem os casos de assédio que haviam sofrido. Em poucas horas, as redes sociais estavam inundadas com relatos dos mais horrendos: «10 anos: o avô da minha amiga passou a mão em mim», «15 anos, primeiro emprego, meu chefe se sentava ao meu lado e acariciava minha coxa enquanto tentava levantar minha blusa», «8 anos, o irmão de uma amiga passou a mão em mim e disse que se eu contasse pra alguém ele iria me dar uma surra», «Eu tinha 5 anos, o namorado da minha mãe abusou sexualmente de mim enquanto ela estava no trabalho». As redes sociais estavam tomadas. Começamos a falar do indizível, do que não compartilhávamos jamais, nem entre nós

mesmas, nem com as amigas mais próximas. Comecei a ser sufocada por aqueles relatos e, aos trinta anos, li histórias das minhas amigas que são minhas amigas desde os 12, com quem eu achei que compartilhava de tudo, até meus maiores segredos. Li um relato de minha mãe também. Ela nunca tinha me contado aquilo. Nós nunca falamos daquilo. Não se falava daquilo, era proibido, doía, dava vergonha. Poucos dias depois, decidi que precisava produzir um documentário que registrasse essas histórias e, mais que isso, que as tirasse das redes e ocupasse os espaços da cidade com rostos e vozes, para além das letrinhas escritas em posts no Facebook e no Twitter. Mas como filmar aquilo? Se já era tão difícil de dizer, imagine só olhando para uma câmera, sendo entrevistada, ou pior, tendo que cruzar

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uma cidade do tamanho de São Paulo, com um dos transportes públicos mais caros do mundo, para dar um depoimento dentro de uma sala em uma produtora em um bairro nobre da cidade? Como chegaríamos às mulheres? Como falaríamos com todas as mulheres? Decidimos, assim, fazer um estúdio móvel, uma van que circulasse por diferentes lugares para colher esses depoimentos pela cidade, sem pesquisa prévia, para que fosse também uma campanha: Precisamos falar do assédio. Qualquer mulher que chegasse, poderia contar sua história. Assim, na Semana da Mulher de 2016, de 7 a 14 de março, paramos a van em nove lugares de São Paulo e Rio de Janeiro. Dentro dela, as mulheres ficavam sozinhas, sem qualquer tipo de entrevista ou interlocução. A idéia era que fosse um momento íntimo e de desabafo. Ela olhava para a câmera e começava a falar. Escolhemos a palavra assédio para que ela pudesse abarcar do mais simples fiu-fiu, que

escutamos na rua todos os dias, até os casos das violências mais perversas. Valia como cada uma havia entendido o próprio caso. Quando colocamos a van na rua, não tínhamos idéia do que iria acontecer. Espalhamos notícias pela internet, rádio, televisão e jornais convidando as mulheres a falar. Ao fim dos sete dias havíamos coletado 140 depoimentos, que geraram mais de doze horas de material bruto. As meninas chegavam de todas as formas: passavam pela van, ficavam curiosas, nos perguntavam o que era aquilo e decidiam entrar na fila para falar. Outras, vinham de longe decididas; haviam visto na televisão e precisavam contar a própria história. Algumas ainda perguntavam o que era aquilo, davam uma olhada dentro, iam embora e voltavam depois de horas para dar seu depoimento. Elas tinham até cinco minutos para falar, mas algumas falaram 16, ignorando o relógio que corria lá dentro.

Comecei a assistir a todos os depoimentos: «Eu era escrava da pancadaria», começava uma. Olhei os formulários preenchidos: «Com quantos anos aconteceu seu caso de assédio?». Resposta: «6 anos». Depois de um longo processo de edição, selecionamos 28 depoimentos e os transformamos em um filme de 80 minutos. Mas os 140 estão disponíveis na íntegra, sem cortes, em um site, que ainda conta com uma ferramenta de gravação de novos depoimentos. Qualquer mulher, de qualquer lugar do mundo, pode gravar e enviar o seu relato. Desde que cheguei a uma versão mais pronta do filme, comecei a mostrá-lo para algumas pessoas. Fico sofrendo durante os 80 minutos, me perguntando «por que estou fazendo as pessoas passarem por isso?», «por que fazê-las escutar todas essas histórias terríveis de dor?». Antes do filme ser lançado, fizemos uma sessão só para as meninas que estão nele. Eu achei que seria a mais difícil de todas e que, depois de se verem na tela, elas iriam querer ser tiradas do filme por vergonha, medo da exposição ou alguma coisa do tipo. Assim que o filme terminou, a primeira coisa que todas falaram, quase em coro, foi “obrigada”. Aquele tinha sido um primeiro passo para elas começarem a falar de suas dores. E assim, começamos a conversa que foi a mais difícil que tive até agora sobre o filme, mas também a mais bonita.

era mais verde”, mas que ali viu que não era bem assim. Que havia histórias até piores que a sua. Completou dizendo que se sentia acolhida. E aí lembrei, pela segunda vez, porque estou fazendo isso. Entendi o tamanho que ficamos quando estamos juntas. O poder que temos, juntas, de transformar o mundo em que vivemos. Entendi o sentido mais profundo da palavra acolhimento, de nos reconhecermos na dor uma da outra e nos apoiarmos para, juntas, termos coragem de falar do até aqui indizível. Ficou claro, de novo, que temos que falar, sim, cada vez mais, e aceitar cada vez menos. Que o filme, as hashtags e nossos encontros reais façam a dor das marinas, adelaides, carolines, ericas, marianas, isabellas, brunas, natálias, lúcias, flávias e ágatas chegar a todas as mulheres e homens do mundo. Que nos faça caminhar para um lugar melhor, onde possamos andar na rua, trabalhar e frequentar espaços de família sem medo simplesmente por sermos mulheres. Sim, precisamos falar do assédio, cada dia mais e mais livres, com mais liberdade, menos medo e sem máscaras. O trailer legendado: https://vimeo.com/183039669

Uma delas disse que se sentia transparente, que estava com as vísceras expostas na tela. E que via através de todas as outras ali na sala também. Mas que se sentia abraçada. Que se sentia segura ao lado das outras e que queria abraçar todas as mulheres do mundo. E que só tinha coragem de estar ali exposta, porque estava ao lado delas. A outra, ainda com lágrimas nos olhos depois de ver seu próprio caso de estupro na tela, disse que sempre havia pensado que a “a grama do vizinho

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COLONIALIDADE DO ESPAÇO URBANO: RACISMO E MACHISMO DEFININDO CIDADANIAS MUTILADAS

Raça e etnia são regularmente codificadas no valor dos espaços urbanos, servindo como fatores-chave no cálculo das elites econômicas e políticas que determinam o mercado e o valor social de tais espaços. Contudo, os urbanistas em muitas partes do mundo enquadram as desigualdades raciais como meros sintomas de desigualdade econômica, se mencionarem a raça. Os discursos e práticas de uma coleção de acadêmicos, funcionários do governo, urbanistas e promotores privados reforçam a noção de urbanismo ‘daltônico’ ou ‘neutro em raça’, que falha em abordar raça e racismo como características intrínsecas do desenvolvimento urbano.2

Joice Berth, arquiteta e urbanista, é autora do livro “O que é Empoderamento”, Brasil

Nesse sentido, parto da perspectiva da colonialidade, cunhada pelo sociólogo peruano Aníbal Quijano que nos proporciona entender que todas as construções sociais da modernidade estão marcadas pela hierarquização sociopolítica, que estabeleceu prioridades, a partir das diferenças biológicas de raça, marcando quem seriam os corpos políticos a serem excluídos de todas as benesses construídas pela coletividade social, quais sejam, corpos negros, femininos, LGBTs, e todos os “outros” cunhados a partir da figura do homem branco (Ribeiro, 2016)3. Nesse sentido, a compreensão histórica determinadas pela raça e pelo gênero, devem ser prioritárias nas análises sobre planejamento urbano, direito a cidade. Partindo de Quijano4 e Lugones5, que tecem a teoria da colonialidade, como categoria cunhada na modernidade e que tornariam o período colonial para além do tempo cronológico, entranhando profundamente nas estruturas de poder e influenciando completamente as estruturas do saber, podemos afirmar que, em se tratando da formação das cidades brasileiras que se fortalece a partir do pós abolição, simultaneamente ao início do processo de industrialização, que viria a exigir um trabalho de urbanização para abrigar imigrantes europeus, trazidos pela coroa portuguesa para substituir a mão de obra de negros escravizados, bem como todas as políticas institucionais de miscigenação elencadas pelas teorias eugenistas que foram absorvidas pelo pensamento da branquitude na época, é possível destacar a racialização do desenho das nossas cidades ou seja, a colonialidade do espaço.

Ao caminhar pelas cidades brasileiras, tudo parece muito natural. O vai e vem apressado em cidades como a megalópole São Paulo, por exemplo, esconde exclusões e segregações que um olhar mais demorado identificar se fizer a pergunta: Quem pode ocupar nosso espaço urbano? O número de assédios nas ruas, por exemplo, denuncia as nossas raízes machistas. O corpo da mulher é um corpo que se torna público ao transitar pela cidade. Olhares, ofensas, frases agressivas disfarçadas de elogio são uma rotina na vida de mulheres de todas as idades, raças e classes sociais que transitam pela cidade. E isso é culturalmente considerado como elogio. Por outro lado, a questão racial indica outra problemática que também tem raízes históricas. Nas cidades há o lugar de brancos e o lugar de negros, como bem pontuou a feminista e historiadora Lélia Gonzáles em seu indispensável «Lugar de Negro»:

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As condições de existência material dessa população negra remetem a condicionamentos psicológicos que devem ser atacados e desmascarados. Os diferentes modos de dominação das diferentes fases de produção econômica no brasil parecem coincidir num mesmo ponto: a reinterpretação da teoria do lugar natural de Aristóteles. Desde a época colonial aos dia de hoje, a gente saca a existência de uma evidente separação quanto ao espaço físico ocupado por dominadores e dominados. O lugar natural do grupo branco dominante são moradias amplas, espaçosas, situadas nos mais belos recantos da cidade ou do campo, devidamente protegidas por diferentes tipos de policiamento: desde os antigos feitores, capitães do mato, capangas, etc., até a polícia formalmente constituída. Desde a casa-grande

e do sobrado, aos belos edifícios e residências atuais, o critério tem sido sempre o mesmo. Já o lugar natural do negro é o oposto, evidentemente: da senzala às favelas, cortiços, porões, invasões, alagados e conjuntos ”habitacionais” (cujos modelos são os guetos dos países desenvolvidos) dos dias de hoje, o critério também tem sido simetricamente o mesmo: a divisão racial do espaço.1 Para se chegar a essa percepção é preciso olhar o traçado que constitui a divisão do nosso espaço urbano. Ele segue a lógica colonial reconstruindo as antigas fazendas escravistas, determinando onde é a Casa grande(região central, chamada de “ bairros nobres”, onde a infraestrutura e as facilidades são abundantes) e a Senzala (áreas favelizadas e periferia, onde a repressão policial é rotineira e a infraestrutura nunca chega de maneira homogênea e satisfatória, acarretando diversos problemas e limitações para quem ali reside). E pensando em termos de interseccionalidade, podemos afirmar que a base da pirâmide social, ou seja, mulheres negras, são as que menos vivenciam os espaços das cidades com tranquilidade. Diversos teóricos e técnicos que tem um trabalho voltado para o planejamento urbano, falam sobre as desigualdades, exclusões e segregações socioespacial que é característica de nossas cidades. No entanto, ao não se permitirem o aprofundamento da reflexão ou ainda, negligenciarem as raízes do problema diagnosticado, todo esforço empreendido nessas análises, se tornam superficiais e pouco efetivos, como bem observa a Phd em Ciências Sociais Dr. Michelle Valle em seu artigo sobre urbanismo daltônico:

que, nem todas as mulheres estavam nessas condições. Mulheres negras já transitavam nos espaços das cidades, para trabalhar e tentar algum sustento para os seus, já que o Código de Condutas de 1886, tirava da negritude a possibilidade de se integrar ao mercado de trabalho (Jacinto) e atingiam especialmente homens negros. Essa condição das mulheres negras é frequentemente invisibilizada mesmo nas análises do feminismo hegemônico: Vale destacarmos que essa invisibilidade histórica que recaiu sobre os negros atingiu de forma muito mais acentuada as mulheres, as quais desde a vigência do sistema escravista, estiveram lado a lado com os homens na conquista da liberdade, se posicionaram ativamente contra os mandos e desmandos da sociedade patriarcal, elaboraram estratégias de resistência, como fugas, assassinatos de membros da família senhorial, ou adotaram comportamentos de subserviência, minuciosamente planejados, como instrumentos de alcance da liberdade.6 Nossas cidades, descendem do modelo de organização criado na Grécia Antiga, onde as delimitações eram claramente sexistas e de classe social . A divisão era feita basicamente em dois polos: A Polis era onde a vida pública acontecia, a política era articulada e as decisões jurídicas eram tomadas. Acordos e cordialidades davam o tom das interações, bem como o protecionismo e perpetuação de valores que sedimentavam vantagens. Já na Oikos, era o espaço da vida íntima, doméstica, restrita e de acesso limitado. As relações eram hierarquizadas, as funções eram definidas e não mutáveis e as interações entre indivíduos era desigual e funcional. Então, para a mulher cabia o espaço provado, a Oikos e apenas ela, já que a Polis era um espaço masculino por ordenamento. Embora haja agravantes dados pela racialização, o espaço das cidades mantém essa divisão, devidamente naturalizada e que se traduz pelo número gritante de assédio e estupros que ocorrem diariamente. Nossa condição, tanto do ponto de vista da raça quanto de gênero é de sub-cidadania ou cidadanias mutiladas (Santos, 1996) pela colonialidade do espaço urbano brasileiro.7

No tocante a generificação das nossas cidades, precisamos mudar um pouco a perspectiva, pois, embora a mulher seja um corpo político confinado no espaço privado (Casa grande) e que se torna mimetizado como coisa pública quando expande esses limites físicos e transita pelas cidades, é premente destacar, a partir do pensamento interseccional

1 Gonzáles, Lélia. Hasenbalg, Carlos. Lugar de Negro. Ed. Marco Zero. Rio de Janeiro, 1982. pag. 15 2 Valle, Michelle M. Revelando o truque: mudando a narrativa do urbanismo daltônico. Em 29/11/2018 http://www.ijurr.org/spotlight-on-overview/ race-justice-and-the-city/valle/#footnotes 3 Ribeiro, Djamila. A categoria do Outro: o olhar de Beauvoir e Grada Kilomba sobre ser mulher. 2016 disponível em <https://blogdaboitempo.com. br/2016/04/07/categoria-do-outro-o-olhar-de-beauvoir-e-grada-kilomba-sobre-ser-mulher/ 4 Quijano, Anibal. Colonialidade do poder, Eurocentrismo e América Latina .CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales . Buenos Aires, 2005 disponível em < http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/sur-sur/20100624103322/12_Quijano.pdf> 5 LUGONES, María. Rumo a um feminismo descolonial. Revista Estudos Feministas, Florianópolis, v. 22, n. 3, p. 935-952, set. 2014. ISSN 1806-9584. Disponível em: <https://periodicos.ufsc.br/index.php/ref/article/view/36755>. Acesso em: 02 dez. 2018. 6 Oliveira, Joana D’arc de; Bortolutti, Silvia; Castro, Maria Angela Pereira. Percursos e deslocamentos urbanos de mulheres negras no pósabolição em São Carlos-SP: entre o espaço público e o doméstico. Encontro da Associação Nacional de Pesquisa e Pós-Graduação em Arquitetura e Urbanismo Porto Alegre, 25 a 29 de Julho de 2016 disponível em < https://www.anparq.org.br/dvd-enanparq-4/SESSAO%2007/S07-03-OLIVEIRA,%20 J;%20BORTOLUCCI,%20M.pdf > 63 7 Santos, Milton. Cidadanias Mutiladas. O preconceito/Julio Verner editor. Imprensa Oficial do Estado. São Paulo, 1996/97. pg. 133-141


LA TIRANÍA DE LA LEY Y DE LA RELIGIÓN Y LA VIDA PRECARIA EN GUATEMALA En los últimos meses Guatemala ha sido escenario de una disputa sobre los derechos de las personas. De unas de las personas que menos acceso a derechos tienen y que más violentadas son por las instituciones del estado y por las sociedad: las niñas y las personas trans. Gabriella Miranda, teóloga feminista, Guatemala

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Se promovieron dos iniciativas de ley1, una llamada “ley de protección a las niñas”, que en uno de sus capítulos pretendía que las niñas de entre los 10 y 14 años que quedaran en estado de embarazo producto de una violación sexual. La otra era una ley de identidad para las personas trans, que decidan cambiar su identidad de género. La arremetida contra ambas leyes fue abrumadora. Sobre la primera hubo una tremenda tergiversación de información de tal modo que en la opinión popular y política la hacía parecer como una ley pro aborto. En este contexto organizaciones y las religiones cristianas, evangélicas y católica y la judía, organizaron una mega marcha en contra del aborto. Fue sumamente publicitada y tuvo un enorme poder de convocatoria. Las cifras varían, hay quien dice que hubo 80 mil participantes, otros hablas de 150 mil, las personas manifestaban su postura contra el aborto, abogaban por la familia tradicional, ponía como principio a dios. Finalmente la ley de protección a las niñas anuló ese articulo para intentar lograr su aprobación, mientras que la

ley de identidad de género no fue aprobada. La ley y la religión son armas del mismo calibre, una funciona de manera concreta y la otra es un recurso ideológico. Lo sucedido en Guatemala es la muestra del daño que esta conjugación puede hacer, pero también de la fuerza que puede tener. Según el Código Penal, en 2017 en Guatemala, ocurrieron 1248 embarazos que fueron consecuencia de una violación, que se produjeron en menores de 14 años. La ley intentaba proteger a estas niñas, sabiendo que sus agresores están muy cerca del espacio familiar y que las violaciones, al permanecer impunes, no han disminuido. Sin embargo esta información no se difundió. Las niñas quedaron en ningún lugar de esta discusión, las ideas conservadores iban en contra de las feministas, de las personas trans, de las organizaciones bajo el argumento de que son todas estas quienes han influenciado esta iniciativa de ley, de las niñas, de su vida precaria y violentada no se habló. Este silencio es también una agresión en contra de las niñas. Este rechazo a las leyes

1 En Guatemala una iniciativa de ley es presentada al Congreso de la República para ser aprobada como ley. El Congreso la conoce, la estudia y la dictamina como favorable o desfavorable. En ocasiones la enmienda y finalmente la da a conocer. La sociedad civil no puede enviar una iniciativa de ley directamente.

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«La ley y la religión son armas del mismo calibre, una funciona de manera concreta y la otra es un recurso ideológico.»

y estas difusión de ideas, provocan que se criminalice a las víctimas antes que a los agresores. Y los argumentos hacen parecer que el enemigo son las organizaciones feministas y los sectores políticos que impulsan estas iniciativas de ley. No es la primera vez que hay agresiones del estado guatemalteco en contra de las niñas, la noche del 7 de marzo de 2017, algunas y algunos de los adolescentes, entre los 13 y 16 años, que vivían en el refugio del Hogar Seguro “Virgen de la Asunción”, habían intentado escapar, fueron capturados por la policía, devueltos al refugio y encerrados en un pequeño cuarto con candado por fuera, hombres por un lado y mujeres por el otro. El 8 de marzo del 2017, justo el Día Internacional contra las Mujeres Trabajadoras, las 56 niñas encerradas fueron quemadas vivas, 41 de ellas murieron. Hasta el momento no se ha condenado a nadie por este crimen. Un verdadero horror.

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Las niñas del Hogar Seguro “Virgen de la Asunción”, son mujeres menores de edad que requieren tutela del Estado por su condición precaria de vida. Algunas están en peligro por el acoso de las pandillas en sus barrios, otras porque son abusadas sexualmente al interior de sus casas o por abuso doméstico: económi-

co, emocional o físico, en calidad de abandono o por explotación. Después de algún tipo de denuncia son albergadas temporalmente en estas instituciones, algunas son públicas y otras privadas, el Hogar Virgen de la Asunción es institución estatal. Después de algunas protocolos, médicos, psicológicos y legales, las personas menores albergadas son “devueltas” con algún familiar en un ambiente seguro. No son menores infractores, sin niñas en riesgo. Son las niñas la población más vulnerable, las que recibe las agresiones directas de un sistema patriarcal, adulto y además las agresiones de la religión y del Congreso de la República. Es increíble que las niñas tengan enemigos aplastantes, son como una caballería corriendo sobre flores.

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SOMOS IGUALES PORQUE SOMOS DIFERENTES ¿Cómo juntar 5000 mujeres en un pueblo en Chiapas, México? Marthe Jæger Tangen, miembro de LAG

En marzo de 2018 las zapatistas invitaron al Primer Encuentro Internacional, Político, Artístico, Deportivo y Cultural de Mujeres que luchan en su territorio autónomo en Morelia, al sur de México. El llamado me llega y decido viajar, al igual también que 5000 otras mujeres. Desde todas las zonas zapatistas, desde todo México y desde 35 diferentes países. Las mujeres zapatistas abren su territorio autónomo en Morelia, Chiapas, y crean una plataforma feminista para la reflexión, discusión, la escucha, la crítica y el compartir. La hermandad entre mujeres y la solidaridad también hacen de la partida. Invitan a todas las mujeres que luchan, o que quieren luchar. El encuentro arranca en una zona donde las zapatistas reemplazaron al mal gobierno (el gobierno mexicano) desde hace mucho tiempo. Lo han reemplazado con una junta rotativa de mujeres y hombres que gobiernan desde un principio de participación mientras escuchan la voluntad popular. Lo llaman el buen gobierno, donde quien gobierna es el pueblo – y quien obedece es el gobierno. Feminismo y autonomía Los zapatistas se hicieron conocidos en el

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mundo el 1 de enero de 1994. Se rebelaron en armas contra la noche de 500 años que afectó a los pueblos indígenas de América Latina. Era un «Ya Basta» a los 500 años de colonización. Se rebelaron contra la explotación capitalista, contra la destrucción neoliberal del agua, los bosques, las montañas y los pueblos. Se rebelaron por la vida. Hoy los zapatistas construyen sociedades basadas en lo que ellos definen como “autonomía”, que incluye entre otras cosas un sistema educativo , de salud y jurídico autónomos. La lucha de las mujeres dentro su propia organización siempre ha sido fuerte. Antes de la rebelión, en 1993, fue adoptada “ La Ley Revolucionaria de Mujeres”, que se y se tornó una premisa para el apoyo al levantamiento del año siguiente. Dicha ley estableció principios importantes como: las mujeres tienen derecho a elegir su pareja y a no ser obligadas por la fuerza a contraer matrimonio y que las mujeres podrán ocupar cargos de dirección en la organización y tener grados militares en las fuerzas armadas revolucionarias.1 Hoy las mujeres participan en todas las tareas dentro de la organización, aunque las zapatistas nunca han escondido que todavía existen desafíos que necesitan ser resueltos, especialmente adentro de la casa.

Revolucionaria de Mujeres fue implementada en territorio zapatista. Todavía podemos aprender mucho del feminismo que allí crece. Quizás hoy más que nunca.

Han pasado más de 25 años desde que La Ley

Se muestra el poder de la colectividad feminista. Queda de manifiesto que lo más fuerte sucede cuando diálogo, franqueza y

1 http://enlacezapatista.ezln.org.mx/1993/12/31/ley-revolucionaria-de-mujeres/

Un encuentro de feminismos “Somos iguales porque somos diferentes” dicen las mujeres zapatistas cuando abren el encuentro. En Morelia todas son bienvenidas. Feministas, no-feministas, solteras, casadas, separadas, lesbianas, bisexuales, transexuales, mujeres de pueblo y de ciudad, mujeres de todos los tamaños y nacionalidades. Lo único que se necesita es respetar a la otra. Porque no solamente son los hombres quiénes no pueden participar del encuentro y quedan afuera, son también nuestros prejuicios. Esto último es lo mas difícil. Durante tres días participamos en talleres, conciertos, teatros, danzas y presentaciones artísticas. Solo tengo la oportunidad de ver partes del programa. Somos muchas en Morelia. Somos de diferentes corrientes feministas, de distintas geografías, y tenemos diferentes ideas políticas, pero poco a poco los prejuicios desaparecen y realmente nunca me he sentido tan en casa en un espacio feminista como esta vez.

solidaridad son la base del pensamiento. Creo también que se trata de las herramientas feministas que las zapatistas nos brindan. Ellas nos dan una explicación profunda sobre la represión y la injusticia. Nos dan espacio para una critica capitalista y social. Las herramientas tienen una gran utilidad entre la selva y las montañas de Chiapas – y acá en Noruega-, porque nos muestran la necesidad de ver la conexión entre la tierra, el capitalismo, el poder, los recursos, el trabajo, la historia y el colonialismo. Esa conexión no conoce límites porque no tiene un límite. Y no es solamente México que olvida, reprime e ignora a sus pueblos indígenas. También se reproduce la opresión dentro del feminismo. Los días en Morelia me hacen recordar esto. “Lo único que pedimos es que sigan luchando” son las ultimas palabras de las zapatistas antes de que recojamos nuestras cosas y regresemos a nuestras vidas en diferentes rincones de México, de América Latina y el resto del mundo. Yo llevo mucho conmigo. Más que nada estoy convencida de que es la solidaridad, la colectividad y el diálogo feminista sin limites ni fronteras, quienes pueden hacer más fuerte nuestra lucha. Un recordatorio eterno de la importancia de escuchar y conocer a otras luchas, historias y realidades feministas.

Foto: Cobertura colaborativa Radio Zapatista, Subversiones y La Tinta

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LEY REVOLUCIONARIA En su justa lucha por la liberación de nuestro pueblo, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) incorpora a las mujeres en la lucha revolucionaria sin importar su raza, credo, color o filiación política, con el único requisito de hacer suyas las demandas del pueblo explotado y su compromiso a cumplir y hacer cumplir las leyes y reglamentos de la revolución. Además, tomando en cuenta la situación de la mujer trabajadora en México, se incorporan sus justas demandas de igualdad y justicia en la siguiente LEY REVOLUCIONARIA DE MUJERES:

DE MUJERES

Primero. Las mujeres, sin importar su raza, credo, color o filiación política, tienen derecho a participar en la lucha revolucionaria en el lugar y grado que su voluntad y capacidad determinen. Segundo. Las mujeres tienen derecho a trabajar y recibir un salario justo.

Tercero. Las mujeres tienen derecho a decidir el número de hijos que pueden tener y cuidar. Cuarto. Las mujeres tienen derecho a participar en los asuntos de la comunidad y tener cargo si son elegidas libre y democráticamente. Quinto. Las mujeres y sus hijos tienen derecho a ATENCION PRIMARIA en su salud y alimentación. Sexto. Las mujeres tienen derecho a la educación. Séptimo. Las mujeres tienen derecho a elegir su pareja y a no ser obligadas por la fuerza a contraer matrimonio. Octavo. Ninguna mujer podrá ser golpeada o maltratada físicamente ni por familiares ni por extraños. Los delitos de intento de violación o violación serán castigados severamente. Noveno. Las mujeres podrán ocupar cargos de dirección en la organización y tener grados militares en las fuerzas armadas revolucionarias. Décimo. Las mujeres tendrán todos los derechos y obligaciones que señala las leyes y reglamentos revolucionarios.

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La ley revolucionaria de las mujeres zapatistas ha sido una fuente de inspiración para la organización de mujeres al nivel mundial. Recibimos las semillas de su lucha con mucha humildad e nos unamos a la organización de todos los pueblos para la justicia, libertad y democracia.

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NI LA TIERRA NI LAS MUJERES SOMOS TERRITORIO DE CONQUISTA. Un análisis literario de la poesía de Gabriela Mistral y Violeta Parra con enfoque decolonial-feminista Stine Linnerud Jespersen, profesora, Master en literatura hispánica y miembro de LAG Noruega

Estoy trabajando con mi tesis de máster en literatura hispánica en la Universidad de Oslo. Como escribo sobre dos mujeres latinoamericanas me preguntaron si podía hacer un pequeño resumen para la revista. En la tesis exploro cómo la dominación sobre la tierra y la mujer emerge en textos poéticos de Gabriela Mistral (1889-1957) y Violeta Parra (1917-1967). Tanto tierra como mujer son temas recurrentes en las obras de ambas e investigo cómo sus representaciones pueden desafiar estructuras coloniales y patriarcales. Para hacer este abordaje planteo una lectura decolonial-feminista enfatizando en las relaciones de poder y perspectivas de género de una manera interseccionada El debate en torno a la mujer y la tierra está por demás vigente hoy en día, lo cual, por ejemplo, se evidenció el año pasado en el Encuentro Nacional de Mujeres en Argentina. En su apertura se proclamó: “Las recibimos hoy en territorios ancestrales, donde mujeres originarias han resistido y continúan haciéndolo desde hace más de 500 años”. Entre la diversidad de mujeres presentes también resonó el grito “Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista”. Quisiera rescatar este grito como el punto de partida de mi trabajo. Gabriela Mistral y Violeta Parra: mujeres visionarias del siglo pasado Gabriela Mistral fue la primera persona latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura (1945) y sigue siendo la única mujer del continente en alcanzar el mérito más respetado del mundo literario. Su poesía a la vez que preñada de dolor y tristeza abraza a la maternidad, al niño y a lo indígena de la cultura latinoamericana.

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Violeta Parra fue, entre muchas otras cosas, recopiladora, cantautora, compositora, artista plástica y madre. Su expresión artística más conocida es la canción “Gracias a la vida” donde rinde homenaje a las impresiones estéticas y relaciones amorosas de la vida. Las dos mujeres crecieron en pueblos campestres

y pobres. Aunque no eran indígenas, tenían sangre de pueblos originarios y se definían como indígenas en solidaridad y respeto. Las voces de ambas tuvieron una importancia significativa en el debate político y cultural de Chile durante el siglo pasado. El análisis literario: las manifestaciones de la tierra y la mujer en la poesía Baso mi análisis en diferentes textos poéticos entre los cuales destaco cuatro: las canciones “Arauco tiene una pena” (1963) y “Yo también quiero casarme” de Parra, el poema “Todas íbamos a ser reinas” (1938) y la prosa “Imagen de la tierra” de Mistral. En “Arauco tiene una pena” Parra exaltó los indígenas como protagonistas de su propia historia y expresó la relación entre pueblos originarios y la tierra. Sin embargo, las mujeres indígenas están ausentes, lo cual parece ser una mala costumbre en la historia precolombina. La canción se actualizó cuando el 14 de noviembre de 2018 la policía chilena asesinó al joven líder mapuche Camilo Catrillanca (24). Fue el día antes de que yo llegara a Chile para mi trabajo de campo. Sonaba “Arauco tiene una pena” por todas partes. La canción trata sobre la injusticia que ha sufrido el pueblo mapuche. Primero desde la conquista española y, luego, como víctima del estado chileno: Ya no son los españoles los que les hacen llorar hoy son los propios chilenos los que les quitan su pan La representación de la tierra es central en la canción. El indígena emerge como defensor de la tierra contra los conquistadores. Se crea entonces una relación simbiótica entre tierra e indígena:

le van a quitar su tierra la tienen que defender

El indígena cuida la tierra no sólo para

garantizar su uso, la defiende también como si fuera un ente vivo. Violeta Parra agregó más tarde una estrofa en la cual destaca los problemas ambientales que conlleva el saqueo de la naturaleza: Ya no florece el mañío, ya no da fruto el piñón, se va a secar la araucaria, ya no perfuma el cedrón, porque al mapuche le clavan el centro del corazón. ¡Levántate, Curimón! Otra vez vemos la relación simbiótica entre tierra y mapuche donde la muerte del pueblo indígena implica la muerte de la tierra. Violeta Parra fue una visionaria al postular que las intervenciones industriales sobre la tierra podían tener un efecto constructivo. Entendió también la importancia que la tierra tenía para los pueblos originarios en tanto sustento para la vida y marco de identidad. Los mapuches siguen luchando por sus derechos de resistir con dignidad en sus territorios y en convivencia con la tierra. La canción se opone a la noción eurocéntrica que afirma que hubo un descubrimiento de América. Los mapuches son los protagonistas de esta historia, dejando claro que los españoles eran conquistadores en un territorio donde ya vivían pueblos originarios. De esta manera, “Arauco tiene una pena” desafía las estructuras coloniales de la historia. Sin embargo, los protagonistas de la canción son todos hombres. Lo cual establece una ilusión de que la resistencia de los mapuches fue meramente ejercida por los varones, silenciando así a todas las mujeres mapuches. Niñas campesinas en estructuras coloniales y patriarcales “Todas íbamos a ser reinas” es un poema de Mistral que narra las posibilidades de niñas campesinas del interior de Chile, o mejor dicho, la falta de oportunidades. Como el título lo indica, las niñas sueñan con ser reinas y no lo consiguen. Quieren salir de la pobreza y la única posibilidad factible es casarse con un hombre que pueda sostenerlas. Aun así, ni siquiera cumplen con este sueño: Todas íbamos a ser reinas y de verídico reinar; pero ninguna ha sido reina ni en Arauco ni en Copán Las últimas dos estrofas del poema revelan cómo el sueño de las niñas está anudado a estructuras sociales que sus madres sufrieron antes y que sus hijas también sufrirán. Su reino lo obtendrán cuando estén enterradas. O

sea, solamente cuando estén muertas podrán descansar de la vida dura del campo. Otra vez, la potencia y simbología de la tierra se destaca:

Pero en el Valle de Elqui, donde son cien montañas o son más, cantan las otras que vinieron y las que vienen cantarán:

“En la tierra seremos reinas, de verídico reinar, y siendo grandes nuestros reinos, llegaremos todas al mar”

En este marco las niñas son restringidas por su género y clase social. El poema ayuda a entender estas estructuras desde una perspectiva emocional ya que nos invita a leer sobre las niñas tristes del Valle de Elqui. Sin embargo, no opta por cambios. Es como si aceptara que no tienen posibilidades de salir de las estructuras coloniales y patriarcales. Contra la noción de pasividad expresada en el poema de Mistral pareciera que responde directamente la canción “Yo también quiero casarme” de Parra. En ella se opta por cambios reales dentro de la estructura social. También tiene como protagonista una mujer joven que se quiere casar. No obstante, el yo poético no quiere aceptar el matrimonio como su única posibilidad. Quiere trascender como mujer independiente. Dice:

Yo también quiero casarme como todas las demás pero joven a mi gusto no he podido encontrar

Mejor será señores que me quede sin casar para no caer en la trampa por toda la eternidad

El yo poético de la canción admite que tiene voluntad de casarse, sin embargo, argumenta racionalmente que es mejor negarse al matrimonio, que lo considera una trampa. Con esto se burla de la institución matrimonial y se niega a seguir los estereotipos de las mujeres de la época. En las estrofas que vienen el yo poético se ríe de todo tipo de hombre que podría encontrar. Así cambia quién es el sujeto y quién el objeto. Solemos ser las mujeres objeto de admiración o evaluación. Ahora el yo poético femenino ironiza sobre esta práctica cambiando los papeles: Si es grande será un gigante que no lo puedo mirar, si es chico será un juguete que no puedo respetar.

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A todo esto, el yo poético deduce que su prudencia le aconseja no casarse con ningún varón ya que es mejor ser independiente. Tanto el texto de Mistral como el de Parra expresan cómo es ser mujer en una sociedad patriarcal. El poema de Mistral invita primero a gozar de los sueños de la niñez, para luego confrontarlos con la cruda realidad. La canción de Parra, al contrario, utiliza un tono irónico para desafiar lo instituido. Nos presenta a una mujer activa, racional y protagonista, que prioriza su independencia por sobre la búsqueda de un hombre con quien casarse. Conexión entre la tierra y la mujer: ¿empoderamiento o sumisión? En “Imagen de la tierra” Gabriela Mistral compara el mundo con una mujer, reforzando así la asociación entre planeta sentido maternal y el binomio de “Madre tierra”. Escribe: No había visto antes la verdadera imagen de la Tierra. La Tierra tiene la actitud de una mujer con un hijo en los brazos (con sus criaturas en los anchos brazos). Voy conociendo el sentido maternal de las cosas. La montaña que me mira, también es madre, y por las tardes la neblina juega como un niño por sus hombros y sus rodillas. El yo poético crea analogías entre la mujer y la tierra, y entre la fertilidad de la mujer y la fecundidad de la naturaleza. Así personifica a la tierra atribuyéndole cualidades humanas. Lo que implica que la tierra no sólo es fecunda, sino que también tiene voluntad de cuidar lo que produce, así como una madre cuida de su hijo. De esta manera, Mistral establece antropomorfismos donde atribuye cualidades humanas a fenómenos naturales. La montaña mira como una madre que vigila y cuida de su hijo. Así compara a la naturaleza con el hogar, donde todo se vuelve una burbuja de maternidad y emociones. Quien aquí se encuentra ausente es el hombre. No tiene espacio en la poesía de Mistral porque no pertenece ni al hogar ni a la naturaleza.

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Me gustaría indagar en si Mistral contribuye a empoderar a la mujer o, por el contrario, a someterla cuando crea dichas analogías entre tierra y mujer. Me explico: En las teorías feministas existen varias corrientes. Una manera simplificada de presentarlas sería afirmar que existe un feminismo de la diferencia y otro de la igualdad. El feminismo de la diferencia afirma que existen diferencias entre el hombre y la mujer, y que las “cualidades masculinas” por excelencia

son aquellas que definen al hombre como ser racional, fuerte y cultural. Esta teoría plantea la necesidad de cambiar dicha construcción y para ello promueve enfatizar las que serían las cualidades típicamente femeninas, la maternidad, la preocupación por el niño, las emociones, etc. Entonces, si analizamos las analogías de Mistral desde una perspectiva feminista de la diferencia, podemos afirmar que la prosa es un ejemplo de “empoderamiento” de la mujer. La tierra y la mujer comparten algo de lo que el hombre no puede nunca ser parte. Al destacar los ciclos naturales de la tierra como las estaciones del año o los tiempos de siembra, cultivo y cosecha, y compararlos con ciclos inherentes a la mujer como la menstruación o el embarazo, se crea una relación íntima, casi mística, entre tierra y mujer. En contraposición, desde una perspectiva feminista de la igualdad podemos llegar a la conclusión opuesta. El feminismo de la igualdad argumenta que las diferencias entre hombre y mujer se basan en construcciones sociales donde la mujer es definida como suave, emocional y comprensiva. De esta manera, la discriminación hacia las mujeres acontece cuando ellas son asociadas a una acepción netamente emocional y negadas de ser protagonistas de operaciones racionales. Allí radica uno de los orígenes de la dicotomía entre hombre y mujer: el hombre considerado como cultural y racional y, en contraposición, la mujer entendida como natural y emocional. Por esto, desde una perspectiva feminista de la igualdad podemos criticar la conexión creada entre tierra y mujer. En la obra poética de Mistral toda la tierra se vuelve un hogar maternal exclusivo para la relación entre la madre y su hijo. El hombre está ausente. Así se insinúa que él no forma parte de las decisiones de la casa y, como consecuencia, la mujer no forma parte de la vida laboral e intelectual fuera de casa. De esta manera, la conexión mística entre tierra y mujer de la obra poética de Mistral puede ser otra manera de restringir a la mujer según su género. Trenzando luchas y poemas Hemos visto que la tierra y la mujer son temas recurrentes en las obras de Gabriela Mistral y Violeta Parra. En la canción “Arauco tiene una pena” exploramos la importancia de la tierra para los mapuches, y cómo el despojo de territorios del que son víctimas, continúa aniquilando a su pueblo y su tierra. La canción es interesante porque en ella son los mapuches quienes cuentan la historia de la conquista. Sin embargo, la mujer indígena está ausente en la canción implicando así que no ha sido parte de la historia mapuche.

Los textos “Todas íbamos a ser reinas” y “Yo también quiero casarme” abordan los sueños y las oportunidades de niñas campesinas de Chile. “Todas íbamos a ser reinas” invita a entrar en las emociones y expectativas de niñas muy jóvenes. Deja poco lugar para esperanzarse con cambios, ya que identifica una realidad que se repite de generación en generación, casi como un ciclo natural. Sin embargo, es un poema poderoso porque describe emocionalmente la vida de chicas que no suelen tener voz en los debates. “Yo también quiero casarme” muestra una mujer sin escrúpulos que no quiere dejar que las mismas condiciones de sus madres se repitan. Con humor e ironía se opone al matrimonio para poder seguir sus propios caminos. Finalmente vimos las conexiones que se desarrollan entre tierra y mujer en la obra de Mistral. Por un lado entendemos que crea un espacio femenino carente de hombres lo cual puede empoderar las cualidades consideradas femeninas. Escribir sobre la mujer y la maternidad es darles voz e importancia a las mujeres que suelen ser privadas de las

historias. Por otro lado, crear esta conexión entre tierra y mujer puede fomentar la exclusión de la mujer de la vida fuera del hogar y, de esta manera, restringirla de la vida social por su género y no por su capacidad laboral e intelectual. Los textos de Mistral y Parra son todavía actuales. Abordan temas como la tierra y la mujer desde diferentes perspectivas y proponen modos de rebelarse contra estructuras coloniales y patriarcales. En el Encuentro Nacional de Mujeres organizado cada año en Argentina militantes de diferentes realidades se juntan para intercambiar ideas y aprender de otros colectivos. Mujeres en toda América Latina luchan el derecho a seguir en sus territorios y transcender como mujeres independientes. Dicho encuentro junto con los textos de Mistral y Parra refuerzan la certeza de que el feminismo es una forma de vivir individualmente y luchar colectivamente. Las diferentes luchas desafían las estructuras coloniales y patriarcales, y se rebelan para que la tierra y las mujeres dejemos de ser territorio de conquista.

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GRACIAS

A LA VIDA Gracias a la vida que me ha dado tanto Me dio dos luceros, que cuando los abro Perfecto distingo lo negro del blanco Y en el alto cielo su fondo estrellado Y en las multitudes el hombre que yo amo Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado el oído que en todo su ancho Graba noche y día, grillos y canarios Martillos, turbinas, ladridos, chubascos Y la voz tan tierna de mi bien amado Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado el sonido y el abecedario Con él las palabras que pienso y declaro Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando La ruta del alma del que estoy amando Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado la marcha de mis pies cansados Con ellos anduve ciudades y charcos Playas y desiertos, montañas y llanos Y la casa tuya, tu calle y tu patio Gracias a la vida que me ha dado tanto Me dio el corazón que agita su marco Cuando miro el fruto del cerebro humano Cuando miro al bueno tan lejos del malo Cuando miro al fondo de tus ojos claros Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado la risa y me ha dado el llanto Así yo distingo dicha de quebranto Los dos materiales que forman mi canto Y el canto de ustedes que es mi mismo canto Y el canto de todos que es mi propio canto Gracias a la vida que me ha dado tanto Violeta Parra

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Illustración: Rodrigo Martínez Orellana

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EN LAS HUELLAS DE ELSA LAULA Pocos saben de la historia colonial de Noruega y de los pueblos originarios de los territorios del norte – hasta los mismo Noruegos. As veces son los que menos saben. Escuchando a las mujeres Samis, del pueblo indígena de Noruega, podemos aprender algo muy valioso: dignidad. Colectivo Søstrene Suse*

«La realidad es que no vivimos solos. Somos parte de un todo mayor. Somos parte de Noruega y hemos vivido juntos durante cientos de años. Cuando se devuelva la dignidad del pueblo sami, el pueblo noruego también recuperará su dignidad». Esto nos dijo Asta Mitjke Balto, una de las 23 mujeres que hemos conocido durante nuestro viaje por el Sápmi, el territorio del pueblo sami que transciende las fronteras de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, en el proyecto: «Tras las huellas de Elsa Laula en Sápmi: 100 años de lucha por los derechos samis», un documental de radio en cuatro episodios. Pocos saben de la historia colonial de Noruega y sus pueblos originarios. En el sistema escolar en Noruega los samis son prácticamente ausentes. El documental se produjo en colaboración con RadiOrakel, una emisora de radio dirigida por mujeres durante más que 40 años. En este proyecto de radio somos todas mujeres. Las que producimos el documental y las que escuchamos. El colectivo detrás del proyecto se llama Søstrene Suse. Empezamos el proyecto porque después de haber vivido varios años en América Latina, colaborando con movimientos sociales, populares,

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indígenas y campesinas, nos sentimos con la necesidad de mirar al territorio donde nacimos. Nos preguntamos: ¿Qué sabemos de las luchas territoriales en Noruega? ¿Qué sabemos de la historia de opresión de los pueblos originarios? Así que decidimos viajar y escuchar. ¿Por qué escuchar a las mujeres? ¿Por qué escuchar a las mujeres samis? Queríamos explorar y enfatizar el papel importante de la mujeres en los cambios sociales a lo largo de la historia y hasta la actualidad. En un inicio se trataba de un proyecto de difusión informativo y queríamos hacer visibles los conflictos territoriales sobre la minería, el agua, el derecho de hablar tu propia lengua y ejercer tu cultura. Pero gradualmente el proyecto se convirtió en un proceso decolonial, no como un término abstracto, sino a través de un ejercicio de práctica muy concreto. El viaje ha significado enfrentarnos con lo colonial dentro de nosotras mismas. Somos cuatro mujeres en el proyecto y solamente una de nosotras es sami. Eva nos ha guiado, nos ha mostrado y nos ha abierto puertas para entender las múltiples niveles de discriminación y opresión que existen dentro de nuestro territorio. Aunque en “Tras las huellas de Elsa Laula” observamos y celebramos el trabajo de una mujer en concreto, a través de ella también estamos mirando y escuchando a una lucha colectiva. Elsa Laula es un icono del pueblo sami, donde para muchas personas es un icono feminista, y para otras es un icono de los pueblos originarios. Descubrimos la Elsa Laula cuando vimos la imagen de la primera asamblea sami en Tråante, Trondheim, Febrero del 1917. Mirar la imagen de los samis reunidos afuera de la iglesia metodista en una ciudad en el centronorte de Noruega fue algo sorprendente. La mitad eran mujeres. Tratamos de encontrar una imagen de una reunión política de la

misma época, digamos alrededor de finales del siglo veinte, donde pudiéramos observar lo mismo. ¿La revolución rusa? No. ¿La revolución Mexicana? No. ¿El Parlamento noruego? Definitivamente no. Eso no quiere decir que las mujeres no participaran. Si algo sabemos de las revoluciones y cambios en la sociedad es que las mujeres están ahí, pero muchas veces son invisibilizadas. Sin embargo, aquí estábamos viendo la foto de una reunión muy importante para los pueblos originarios, y quien estaba dando el discurso de apertura era justamente Elsa Laula. Observamos que dentro de la comunidad Sami la presencia de las mujeres era muy fuerte y a través de una foto pudimos apreciar un hecho histórico. ¿Será que el patriarcado no existía dentro del Sámpi? Empezamos a hacernos preguntas, muchas preguntas sobre cómo un pueblo colonizado por el estado de Noruega había podido llevar a cabo una resistencia tan fuerte durante décadas, con las mujeres en frente. Iniciamos un viaje a través del territorio Sápmi para escuchar a sus mujeres, para descubrir más sobre lo que pensaban, y para que nos contaran sobre la lucha histórica y actual. Hablamos con mujeres de todas la edades. Nos quedamos con la sensación de conocer mujeres fuertes, aunque el mismo concepto de mujeres fuertes se iba cambiando durante el viaje, se transformó, se deshizo y volvimos a llenarlo con otras características El proyecto era destinado para la radio. Lo íbamos a publicar sin más. No fue así, surgieron cuatro episodios que se volvieron una herramienta de diálogo donde también nos convertimos en sujetos interactivos. Empezamos a presentar los episodios del documental como “radio-cinema”, un concepto que se puede explicar como cinema sin imagen. La idea es simple y tiene raíces muy profundas: compartir historias de forma oral y colectiva. Acabamos los primeros episodios en febrero del 2018 y de ahí fuimos a espacios públicos, festivales, museos, espacios académicos, foros, seminarios, espacios artísticos, galerías, al aire libre, casas particulares y a escuelas. En estos momentos cuando la gente se junta, cierran los ojos y comienza la escucha de las historias samis, encontramos un espacio para el diálogo, un diálogo con personas de diferentes orígenes, experiencias y reflexiones. El comentario que más hemos escuchado, tanto de jóvenes como adultos es: «No sabia». No sabemos. Hay un hueco en nuestro conocimiento sobre la creación del Estado nación de Noruega. La idea de un pueblo noruego ha borrado los pueblos originarios de

nuestra conciencia. No sabemos los nombres de los pueblos, ni siquiera una palabra en sus lenguas, no sabemos de sus practicas culturales y como consecuencia, no vemos y ni entendemos lo que hemos perdido y lo que estamos en riesgo de perder aún. Lo que vemos y enfrentamos actualmente es un resurgimiento de la disputa por tierra, recursos y territorios, particularmente en el norte. Empresas mineras están buscando concesiones, el turismo quiere expandir, el mal llamado “el cambio verde” legitima la construcción de parques eólicos y la legislación noruega sobre el costumbre tradicional del pastoreo de reno crea conflictos con y entre los samis. Creemos que el diálogo que se deriva de estos diversos espacios pueden contribuir a un conocimiento nuevo y conciencia sobre los temas tratados en el documental como la colonización y la descolonización, los procesos de asimilación, la biología racial, la identidad, el idioma y la lucha por los derechos y la autodeterminación. Hicimos cuatro episodios donde podemos escuchar sobre las disputas del territorio con empresas mineras, también el discurso de cambio climático que legitima la construcción de parques eólicos en los territorios de los samis, hablamos de lengua, de la resistencia, hablamos de arte y de la política de asimilación de Noruega que durante años trató de borrar el pueblo sami del país, hablamos del racismo científico que midió y clasifico el pueblo Sami como inferior; escuchamos muchas cosas dolorosas y fuertes, pero dentro de las historias encontramos un aprendizaje que nos permitió hoy en día articular nuestras luchas. Estamos muy agradecías a las mujeres que nos aceptaron y compartieron con nosotras. El proyecto sigue aún desarrollándose y recientemente ha sido traducido al castellano. Se puede escuchar el proyecto en nuestra página: www.elsalaulasfotspor.com En junio del 2018 se aprobó la comisión de justicia y reconciliación en Noruega. Conocemos trabajos similares en otros países, por ejemplo en Guatemala y Canadá. Vemos que es importante que una comisión sepa y conozca todo el daño que el estado de Noruega ha hecho y sigue haciendo a los pueblos originarios. Por tanto, entendemos que la reconciliación no será posible sin que se devuelva la dignidad al pueblo sami, tal y como dijo Asta Mitjke Balto: «Cuando se devuelva la dignidad del pueblo sami, el pueblo noruego también recuperará su dignidad». *Astrid Fadnes, Susanne Normann, Eva Fjellheim y Ingrid Fadnes

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LA BATALLA FEMINISTA - EN WIKIPEDIA En Wikipedia hay más que 47 millones de artículos disponibles. Cada segundo se le seis mil artículos, pero hay un detalle: la mayoría son escrito por hombres. Åsa Paaske Gulbrandsen, Wikimedia Noruega e miembro de LAG Noruega

En Wikipedia hay más que 47 millones de artículos disponibles. Cada segundo se le seis mil artículos, pero hay un detalle: la mayoría son escrito por hombres. Como una respuesta al dominio de Wikipedia por hombres se levantó un movimiento de “guerreras del internet” en América Latina. Hemos hablado con tres de las wiki-warriers en el continente. Una enciclopedia libre de genero Wikipedia es hoy uno de los fuentes de información más importante en el internet. La mayoría que navega en internet ha pasado por un articulo de Wikipedia. La enciclopedia es manejado por la Fundación Wikimedia y es hecho por miles de wikipedianxs voluntarios. La mayoría son hombres. En 2012 la Fundación Wikimedia hizo una encuesta que descubrió que solamente 10 por ciento de los artículos en Wikipedia son escritos por mujeres. Esto significa que casi todo lo que leemos en wikipedia es escrito por hombres. La baja participación de mujeres influencia como los artículos son escritos.

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«No se trata de un asunto superficial. Las consecuencias de que los artículos de Wikipedia sean redactados por hombres son

evidentes», escribió la secretaria ejecutiva de Wikimedia México, Carmen Alcázar, en la revista Horizontal. Un ejemplo son las biografías en Wikipedia en español donde solamente 14 por ciento es sobre mujeres. En casi todas la lenguas de Wikipedia hace falta artículos sobre la salud reproductiva, y muchas veces son escritas con connotaciones sexistas y asunciones. Alcázar tomó la decisión de promover Wikipedia para mujeres. El trabajo colectivo feminista de Wikipedia El proyecto Editatona fue fundado en 2014 por Wikipedia México y es apoyado por varias organizaciones de mujeres. Alcázar describe la iniciativa como: «’Editatón’ es la palabra normalmente usada para describir los eventos colectivos de edición de Wikipedia y es un hackeo a la palabra “maratón” que refiere, en lugar de kilómetros, a una lista de artículos por hacer. Nosotras decidimos intervenir y apropiarnos de ese nombre, llamando al evento ‘editatona’». –Desarrollamos un taller solamente para mujeres para que pudieran aprender sobre

Wikipedia y aprender lo básico para poder editar. La idea era crear un ambiente sin prejuicios y sin ridiculizar a la otra por no tener la capacidad tecnología, nos cuenta Alcazár. Un editatón es un taller de edición de Wikipedia, y la editatona es la respuesta feminista. La diferencia entre los dos es que una editatona es organizado por mujeres y es exclusivamente para mujeres. –En una editatona hacemos un maratón de edición, creación y para mejorar artículos de Wikipedia. Lo importante es que sean de confianza de fuentes verificables, dice Alcazár. Además de hacer talleres y cursos en edición de Wikipedia la editatona hace énfasis en el lenguaje y conciencia sobre al aspecto de genero en la lengua escrita. Empezar las editatonas no fue fácil. Era un trabajo para convencer el resto de la sociedad-wiki de que esto era una iniciativa necesaria, explica Alcázar. Se burlaron de nosotras, pero seguimos. Cuatro años más tarde podemos ver los frutos de lo que sembramos. Hemos organizado más que 50 editatonas, y hemos involucrado 500 editoras de Wikipedia solamente en México y miles de

artículos son mejorados y hechos por la primera vez, cuenta Alcázar. Después de la primera editatona de la historia, Wikipedia fue enriquecido con artículos sobre científicos y pioneras que hasta el momento no habían existido en la enciclopedia en internet. Un ejemplo es el articulo de la primera programadora de computación, Ada Lovelance, que fue publicado después de la primera editatona en México en 2014 Editatona – un proyecto decolonial El proyecto de editatona ha sido copiado y desarrollado en muchas formas distintas y bajo nombres diversos en España, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Clombia, Costa Rica, Ecuador, Venezuela, Uruguay y Noruega. Hasta en países donde no hay un grupo organizado de Wikimedia, como Nicaragua y Guatemala, se han organizado editatonas. –Hemos aumentado el contendido en español escrito por mujeres a 19 por ciento, que es el más alto de todas las lenguas en Wikipedia, dice Alcazár y afirma que el proyecto ha creado un espacio seguro donde las mujeres puedan participar en la producción de conocimiento colectivo, sin encontrarse son obstáculos.

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LAG NORUEGA Anna Torres de Wikimedia Argentina cuenta que el proyecto une las “nerds” para enfrentar la discriminación de genero en Wikipedia. Compartimos herramientas y conocimiento con escritoras voluntarias para que las mujeres puedan aportar con sus propias historias. Historias que puedan reflejar quienes son, que es lo que hacen, y como su lucha era y es, dice Torres. Wikipedia, iniciado por la Fundación Wikimedia, es uno de los proyectos democráticos y anti-capitalista más grande de nuestro tiempo. A través de dar el acceso libre para compartir y contribuir, la enciclopedia facilita para que todas puedan acceder a la información y el conocimiento, abre a que todas puedan participar en el debate publico y abre de esta forma para la movilidad social. La enciclopedia es definido por los participantes. Entre los wikipedianos es conocido que un articulo de Wikipedia nunca es mejor que la suma de todo el conocimiento que tenemos sobre la temática. Por eso – todxs tienen que participar , independientemente de genero, idioma y experiencia. Wikipedia puede ser un paso para decolonizar nuestros fuentes de información dice Olga Lidia Paredes Acozera de wikimedia Bolivia. –A través de iniciativas como Wikipedia la suma del conocimiento del pueblo es accesible para la gente, pero todos los grupos tienen que participar, para que todo el conocimiento y múltiples perspectivas son representados, cuenta Paredes Acozera. Durante 2018 se realizó en Bolivia un evento inicial sobre afrodescendencias en el que se liberaron contenidos gráficos sobre procesos históricos del pueblo afroboliviano. En 2019, a través de una campaña constante se diseñarán proyectos simultáneos en al menos los 4 idiomas oficiales de Bolivia que tienen sus propias versiones en Wikipedia: Aymara, Castellano, Guaraní, Quechua.

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–Estamos trabajando en la generación de contenidos mínimos comunes en Wikidata para construir en coordinación con los hablantes proyectos que permitan expandir los límites actuales de Wikipedia.

Es importante señalar que muchas de las alianzas que la comunidad ha construido han sido coordinadas con lideresas de diferentes comunidades y consideramos que eso ha sumado mucha flexibilidad y creatividad en la manera de trabajar proyectos conjuntos, comparte Paredes Acozera. Mujeres en la historia El desequilibrio de genero en Wikipedia tiene implicaciones políticos y democráticos. Puedes leer 4000 artículos sobre políticos mexicanos hombres, pero solamente 390 artículos sobre mujeres que son políticos. En relación a las elecciones en 2018 en México, Wikimedia México organizó talleres para llenar los vacíos de conocimiento sobre políticos que son mujeres. Anna Torres de Wikimedia Argentina subraya que cuando trabajamos con genero en Wikipedia es una tarea dupla: escribir sobre todas las mujeres que aun no están en la enciclopedia, y revisar e editar desde una perspectiva de genero todas las biografías que existen. En muchas biografías de mujeres en la historia en Wikipedia, puedes leer más sobre con quien estaba casada y quienes eran sus hijos, que su vida productiva y su trabajo. –No podemos solamente consumir conocimiento, tenemos que usar Wikipedia como una herramienta para cambiar la historia e incluir la versión de las mujeres, dice Torres.

O comitê de solidariedade com a América Latina (LAG Noruega) é uma organização fundada em 1979 por companheiros e companheiras refugiados das ditaduras militares na América Latina. Na Noruega, grupos de solidariedade compostos por sindicalistas, ambientalistas, e membros de partidos noruegueses de esquerda se juntaram aos refugiados latinoamericanos para fazer frente às ditaturas militares, o capitalismo e em favor de um projeto socialista. Atualmente a LAG Noruega é uma organização baseada no trabalho voluntário organizado em grupos locais por todo o país. Produzimos livros e artigos, uma revista para os membros da organização (como essa), organizamos seminários e debates, fazemos campanhas nas ruas, escrevemos cartas às autoridades e queremos dar visibilidade e e responsabilizar o governo norueguês pelos investimentos da Noruega em mineração, hidroelétricas e petróleo na América Latina. Colaboramos com organizações e movimentos sociais contra o capitalismo, guerras, violações de direitos humanos, discriminação e o neoliberalismo, e a favor de uma democracia de fato. Um tema central da LAG é o poder popular e a possibilidade de construir um mundo onde caibam muitos mundos. Ser uma organização de esquerda, nascida no período da guerra fria e das ditaturas militares na

América Latina, no período de encerramento do Franquismo na Espanha e no bojo do fortalecimento das idéias de poder popular na Noruega, sempre foi e continua sendo um fundamento importante para a LAG. Não obstante, a organização tem se modificado ao longo dos 40 anos de colaboração com movimentos e organizações na América Latina, como o Movimento dos Sem Terra no Brasil, os Zapatistas no México e a plataforma da Sexta Internacional, com Conavigua e CUC na Guatemala, CNA na Colômbia, e o Movimento Comunal na Nicarágua. As experiências acumuladas tem sido as mais variadas e todas e todos os companheiros que tem contribuíram e que contribuem com a LAG tem deixado sementes de aprendizagem. Mais recentemente começamos a nos aproximar mais dos povos originários no território da Noruega, o povo da etnia Sami, bem como nos definir como uma organização feminista com intenção de desconstruir o patriarcado, o capitalismo e a colonialidade nos nossos territórios, desde o mais intimo que é nosso próprio corpo e até a nossa sociedade. Como organização seguimos caminhando em busca de questionamentos e ideias para fortalecer uma sociedade onde podemos todos e todas e todoas viver em paz, sem opressão e exploração.

www.lagnorge.no @LatinAmGruppene facebook: LAG.Norge instagram: lagnorge Contato: info@lagnorge.no

–En Wikimedia Argentina hemos creado una arena para inspirara a más mujeres participar en los talleres de edición. Las temáticas que trabajamos varia. Podemos trabajar con artículos biográficos, la historia del movimiento feminista, mujeres en el deporte, pero también artículos de temas actuales como aborto en Argentina y violencia contra la mujer, cuenta Torres. La poca representación de mujeres en wikimedia se puede cambiar a través de un trabajo colectivo feminista. Puedes usar tu conocimiento e ideas para crear un Wikipedia más plural y representativo. Puedes contribuir. La puerta esta abierta.

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BERTA VOLVERÁ

Y SERÁ MILLONES #VivaNosQueremos

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